Donald Trump y Hillary Clinton destrozan a la NFL
Las audiencias de la liga siguen en caída libre debido a la atención que el pueblo estadounidense está prestando al proceso electoral.
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Las audiencias televisivas de la NFL están sufriendo una caída general durante toda la temporada. Desde la primera semana se están buscando explicaciones a este hecho, que no tiene precedente en la historia reciente de la competición. Se han apuntado la ausencia de los grandes equipos en prime time, la falta de Peyton Manning y Tom Brady, el malestar derivado de las protestas raciales ante el himno norteamericano por parte de jugadores afroamericanos, la proliferación de aparatos diferentes a la televisión para ver los partidos, el mero hastío... pero parece que una teoría definitiva ha cogido fuerza: las elecciones presidenciales estadounidenses están pudiendo con todo.
Ayer el Monday Night Football de la ESPN, que jugaron los New Orleans Saints y los Atlanta Falcons, registró un rating de 5.7, que es el menor de cualquier partido televisado a nivel nacional en lo que va de temporada, y supone una caída del 36% respecto a los números del año pasado. Es más, el encuentro estaba siendo visto por un lógico, para ser la NFL y para ser la ESPN, que es de pago, 6.9% de rating hasta la hora en que comenzó el debate entre los candidatos a la presidencia, Hillary Clinton y Donald Trump, momento en que los espectadores huyeron.
Clinton y Trump congregaron un asombroso 46.2% de audiencia televisiva, que es un 17% más que los que mantuvieron Obama y Rommey en los anteriores comicios, y que son números casi de Super Bowl. Esto explica, muy a las claras, que la polarización que se ha instalado en la sociedad norteamericana redunda en que estas sean una de las elecciones presidenciales más seguidas de la historia.
Y la NFL no es inmune a ello. Durante las tres jornadas que se han disputado, todos los partidos de emisión nacional (jueves, domingo noche y lunes) han caído en audiencia respecto a los del año pasado, llegando a niveles cercanos a los que tenía la liga en 2014. La excepción fue el New England Patriots-Houston Texans, que venció a su homólogo de la pasada campaña debido, por supuesto, a la presencia de los Patriots. Pues bien, en este periodo de tres semanas, la CNN, canal de noticias que está completamente volcado en el Clinton-Trump ha visto aumentada su audiencia hasta en un 90% en momentos puntuales.
En la liga se debían oler algo parecido para este periodo y por eso, de manera sorprendente, no ha puesto enormes partidos en horarios estelares. Buen ejemplo de ello son el Saints-Falcons y el Cowboys-Bears de esta semana. Para el próximo debate electoral la NFL competirá con un Green Bay Packers-New York Giants, que lo hará mejor, sin duda, pero que también sufrirá del huracán político que todo lo puede, ahora mismo, en Estados Unidos.