La sanción de Brady nos ha permitido ver al mejor Belichick
Belichick y Josh McDaniels supieron adaptar el juego para que brillaran Garopporlo y Brissett, con un sistema de pases cortos y lecturas rápidas.
Es curioso, prácticamente todos los seguidores de la NFL –menos aquellos que odian con todo su corazón a los Patriots- queríamos ver a Tom Brady jugar dieciséis partidos esta temporada regular. Cuando se confirmó la sanción, hicimos de tripas corazón e intentamos resignarnos lo mejor que pudimos. Sin embargo, no contábamos que el no tener a Brady en el campo nos ofrecería la mejor versión de Bill Belichick, head coach en estado puro, sacando los mejores trucos de su chistera, a lo David Copperfield, para superarse a sí mismo una y otra vez. Porque después de lo visto en estas tres semanas, aquel pase de touchdown lanzado por Adam Vinatieri en la temporada 2004, para vencer a los Rams, ha quedado relegado a segundo término en el sorprendente repertorio del entrenador de New England.
Belichick-también hay que darle gran mérito a Josh McDaniels, listo para volver a ser máximo entrenador de un equipo cuando él quiera- supo adaptar el juego para que brillara Jimmy Garoppolo, con un sistema de pases cortos y lecturas rápidas en el que el quarterback se encontró como pez en el agua. Pero también dio un giro para aprovechar la habilidad para correr de Jacoby Brissett, poniendo en marcha una read option, imposible de ver con Brady, cuyo resultado fue el touchdown del rookie en acción personal de 27 yardas y el demoledor juego de carrera en el que LeGarrette Blount firmó 105 yardas y dos anotaciones.
Muchas veces, los entrenadores se empecinan en que sus suplentes emulen a los titulares, a pesar de no poder hacerlo. Recuerdo en los Barcelona Dragons cuando Tony Rice, un quarterback corredor, tenía que pasar desde el pocket, sustituyendo al lesionado Scott Erney, ¡imposible! En esa línea, Pete Carroll ha acertado plenamente con los Seahawks, firmando como agente libre de primer año a Trevone Boykin, un calco sin experiencia de Russell Wilson. Al caer lesionado el titular frente a San Francisco el pasado domingo, a pesar de que la ventaja de Seattle era inalcanzable, Boykin no deslució ejecutando el mismo ataque que dirige Wilson.
Sin embargo, Belichick ha rizado el rizo, plasmando tres sistemas ofensivos que los Patriots han ejecutado a la perfección. Con los jugadores, como con los hijos, es importante no hacer comparaciones y explotar lo mejor de cada uno, base de la famosa inteligencia emocional que tanto se utiliza ahora en los culturas educativas y que el entrenador de New England domina a la perfección. Si Garoppolo pasa bien con lanzamientos rápidos, ¿por qué hacerle realizar drops de cinco y siete pasos? Si Brissett corre con el balón y tira perfectamente en carrera, ¿por qué maniatarlo en el pocket?
Entre los entrenadores de la historia de la NFL, Belichick no es el mejor orador, por eso no cobra millonadas por sesiones motivacionales en empresa. No es el mejor vestido ni el más simpático, luego entonces, no hace anuncios de televisión. No hace declaraciones que llenen titulares en la prensa, con lo que no leeremos jamás largas entrevistas con él, uno a uno, en las grandes revistas deportivas norteamericanas. Pero si nos remetimos a los hechos, podemos concluir que el entrenador de los Patriots es el mejor de la historia, por encima de Lambeau, Lombardi, Halas, Noll, Shula o Landry. Al final, el tiempo pone a cada uno en su sitio y no nos queda otra que agradecer la sanción de Brady, por permitirnos ser testigos de contemplar al mejor Bill Belichick
Cinco cosas que pienso:
1. Pienso que soy incapaz de explicar lo siguiente: Los Giants ganan en Dallas; los Cowboys, en Washington; los Redskins en Nueva York. ¿Alguien me lo puede explicar?
2. Pienso que si alguien quiere ganar en fantasy football es muy importante que coloque cada jornada a los running backs que jueguen contra New Orleans. Esta semana, los dos que más puntos fantásticos consiguieron fueron los corredores de Atlanta: Tevin Coleman (89 yardas totales, tres touchdowns) y Devonta Freeman (207 yardas totales y un touchdown).
3. Pienso que los Bears han entrado en esa peligrosa espiral –y no me refiero solo a esta temporada- de la que es muy complicado salir y que necesita un cambio radical en la forma de actuar. Si Chicago busca soluciones, que no llame a la puerta en Cleveland.
4. Pienso que Dom Capers tiene que hacer cambios sustanciales en la cobertura de pase de los Packers. Marvin Jones estaba más solo el domingo que cualquier persona que hubiera hecho el tour por Lambeau Field entre semana y que dos viejetes controlan a la perfección, no dejándote del grupo separar más de diez metros del personal.
5. Pienso que la vida en la NFL es dura, pero puede cambiar radicalmente de una temporada para otra. Hablando del tema, pensemos en los Ravens. En 2015 perdieron nueve partidos por una anotación o menos. Esta temporada han ganado tres encuentros y los tres por menos de siete puntos. Los aficionados de Baltimore –como mi hija, Blanca- tienen que estar enormemente agradecidos a Justin Tucker, quien ha marcado la diferencia en los tres encuentros. Las estadísticas del kicker de los Ravens en la temporada son perfectos: cuatro de cuatro extra points (que ya no son automáticos) y nueve de nueve field goals, incluyendo tres de 50 o más yardas, uno por partido.