Susto de Wilson en la paliza de los Seahawks a los 49ers
El quarterback de Seattle salió del partido en el tercer cuarto, cuando ya estaba decidido, después de sufrir una lesión en la rodilla que no parece grave.
Delante del jugador número 12 las cosas cambian. No hay nada mejor que estar en casa. Especialmente para los Seahawks. Seattle y el apoyo del jugador número 12, una de las mejores aficiones del deporte profesional, han sido la mejor medicina para curar las heridas de la triste actuación de hace una semana en Los Angeles, donde los Seahawks realizaron el partido más inoperante en ataque desde que llegó Russell Wilson.
Hoy las cosas fueron muy diferentes. Es cierto, el rival, San Francisco, puso muy poca oposición, pero Seattle recuperó su ataque de carrera, aspecto en que el club del estado de Washington ha dominado la liga en la suma de las últimas tres temporadas, para obtener una contundente victoria (37-17).
Los Seahawks también gozaron en la primera mitad de un excelente juego por parte del quarterback Russell Wilson, a quien un esguince del tobillo derecho, sufrido en la primera semana de competición, mermó físicamente el domingo pasado. Sin embargo, Wilson tuvo una lesión en la rodilla en el tercer cuarto que, aunque no parece grave, llevó a su entrenador, Pete Carroll, a sacarlo de un partido que ya estaba decidido en favor de su equipo, dando entrada al rookie Trevone Boykin, que también brillsar los diez puntos esta temporans, ambos anotados por Carlos Hyde, que logrrada y San Francisco no fue la excpecide tobillo, suó con un estilo muy similar al de Wilson. Boykin acabó su debut en la NFL con siete pases completos en nueve intentos, para 65 yardas, una intercepción y su primer envío de anotación, atrapado por Doug Baldwin, quien también tuvo una actuación fabulosa, firmando ocho recepciones, 164 yardas y una anotación.
El principal protagonista del ataque de carrera fue Christine Michael, quien se encargó de hacer olvidar a Marshawn Lynch, anotando dos touchdowns en el mismísimo primer cuarto, algo que no conseguía un running back de los Seahawks desde que lo lograra Shaun Alexander en 2005. En las dos galopadas de anotación, Michael recorrió 41 y 4 yardas. El jugador concluyó el duelo con una marca personal: 106 yardas en 20 intentos de carrera.
En la primera parte, Wilson recuperó bastante movilidad y pudo realizar pases escapando del pocket. Su receptor predilecto fue el tight end Jimmy Graham, con 6 recepciones, 100 yardas y un touchdown. El ataque local volvió a hacer trizas a una retaguardia de San Francisco que ha permitido más de 400 yardas en cada uno de sus dos últimos partidos.
En defensa, los Seahawks volvieron a estar infranqueables hasta que cedieron dos touchdowns, ambos anotados por Carlos Hyde, que acabó el duelo con 103 yardas de carrera. La Legion of Boom no ha recibido todavía un pase de touchdown en tres partidos. En equipos especiales, los Seahawks también llevaron la voz cantante. Steven Hauschka transformó los tres field goals que intentó y Tyler Lockett fue un constante peligro, retornando un punt 62 yardas.