Los Buccaneers cortan a Seferian-Jenkins tras otro escándalo
El equipo de Tampa Bay se cansa de su talentosos, pero problemático, tight end después de que fuese detenido esta madrugada por conducir borracho.
Austin Seferian-Jenkins ha sido cortado por los Tampa Bay Buccaneers. El equipo de Florida ha dicho basta ante el enésimo dolor de cabeza producido por su talentoso jugador y han decidido que no merece la pena darla una oportunidad más.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la detención, esta pasada madrugada, de Seferian-Jenkins por conducir bajo los efectos del alcohol. El tight end ya había cometido un delito de similares características en su época universitaria.
Desde que fue elegido en el draft en el año 2014, Seferian-Jenkins ha sido un talento a explotar. Y ese es el problema, que nunca ha llegado a florecer como jugador NFL. Amén de sus problemas con la justicia, de sus indisciplinas y de su, en general, cabecita loca, las lesiones tampoco le han dejado jugar a su máximo nivel. Si esas lesiones, más bien su recuperación, tienen que ver con su actitud es algo que se ha debatido con profusión en el entorno del equipo.
Para los Buccaneers, perder de vista al jugador es perder de vista un dolor de cabeza. Resulta obvio que le tenían monitorizado y avisado de que no le pasarían ni otra. Ser detenido, borracho, conduciendo, a las cuatro de la mañana, y con su historial, ha tenido que sumar mucho para que la decisión no necesitara demasiada meditación.
Seferian-Jenkins ha sido titular en 12 de los 18 partidos que ha disputado en la NFL. Ha anotado siete touch downs y ha recibido el balón 45 veces.
Dado que tiene talento, seguro que algún entrenador y algún general manager de las otras 31 franquicias cree que tiene la fórmula para reconducirle y sacarle todo su potencial, así que es de prever que tenga trabajo de nuevo en la liga. Eso sí, el que piense eso que tenga suerte. La va a necesitar.