Joey Bosa firma, al fin, con los San Diego Chargers
El acuerdo se ha alcanzado tras la cesión del equipo en materia económica y la del jugador en la capacidad que tendría el club para cortarle tras tres años.
Fin al culebrón: Joey Bosa ha firmado con los San Diego Chargers.
Han pasado muchos meses desde el draft. Han ocurrido negociaciones que ambas partes tienen que lamentar. Se han hecho comunicados públicos de ruptura. Se han dado puñetazos en las mesas. Se ha jurado en arameo. Pero, a falta de diez días para que comience la temporada, el número tres del draft tiene su contrato con el equipo que le eligió.
No ha sido fácil, desde luego. Los Chargers quisieron, desde el principio, llegar a un acuerdo con Bosa que le tratase como un jugador más de los escogidos en drafts recientes por la franquicia. El problema es que el jugador es un top tres, y estos suelen tener una consideración diferente.
Los contratos de rookies en la NFL tienen muy poco margen de maniobra. Tras la firma del anterior convenio colectivo, en 2011, menos aún. Pero Tom Telesco, manager general de la franquicia de San Diego, quiso forzar su mano en las dos cosas en las que tenía opciones: diferir el pago del bonus de firma e incluir una clausula que permitiese al equipo librarse del contrato tras tres años en caso de que el jugador no rindiese.
Esto último es importante. Se trata de una clausula que hace que si un equipo corta a un jugador con contrato rookie de primera ronda y es fichado por otro club, en vez de pagarle todo el sueldo del año, le pagaría sólo la diferencia entre su sueldo original y lo que cobre en su nuevo equipo. Sin esta clausula, el jugador podría tener dos sueldos en un mismo año.
Los agentes de Bosa, por su parte, pusieron sus reales encima de la mesa y dijeron que, con el estatus del jugador, obtenido por su posición en el draft, podrían ceder en una de las dos cosas, pero jamás en ambas.
Al final, el consenso se ha alcanzado con un equilibrio más cercano a lo que demandaba la parte del jugador. Según los primeros datos, Bosa habría aceptado la inclusión de la clausula de escape a cambio de llevarse, ya mismo, el 85% del bonus de firma, cediendo el 15% para el año que viene, esto es, embolsándose 17 millones de dólares, y colocando la fecha de los bonus por estar en la plantilla en los primeros días de las próximas tres temporadas, con facilidades para cobrar los bonus en los campos de entrenamiento aún si estuviese lesionado. Es decir, que tiene el dinero antes en la temporada.
Un jugador digno del número uno del draft
Parece un acuerdo justo. Joey Bosa es el primer jugador no-quarterback elegido en este draft. Dado que los dos jugadores que le precedieron, Jared Goff y Carson Wentz, fueron elegidos por Los Angeles Rams y los Philadelphia Eagles subiendo para adquirirles, se le considera el número uno real en cuanto a las opciones de los Chargers, que no tenían ninguna necesidad de QB.
Además, San Diego fue una calamidad en el pass rush el año pasado, y Bosa es un especialista en ese arte. Al menos lo ha sido en la NCAA, en la universidad de Ohio State.
La conclusión es que todos ganan. El equipo tiene a su gran estrella del año. El jugador no pierde dinero. Está disponible para el primer partido de temporada regular. La afición verá talento de ese que se supone que es excepcional. Así que aquí paz y, después, gloria.