El tipo duro Joey Bosa no negocia con los San Diego Chargers
El número tres del draft, bisnieto de un pistolero de Al Capone en Chicago en los años 20, no ha firmado su contrato con el equipo y no pinta que vaya a ceder.
Joey Bosa, número tres del draft, no ha firmado su contrato con los San Diego Chargers y permanece fuera de la disciplina del equipo. Es más, según informaciones del entorno del equipo, no ha habido ninguna negociación en los últimos días. Y con el campo de entrenamiento ya en marcha la situación parece que está en un punto muerto indeseable para todas las partes. Si los Chargers tenían pocos problemas, resulta que parió la abuela.
Hace unos meses, en plena época del draft, os contamos la historia del bisabuelo de Bosa, que fue pistolero de Al Capone en Chicago en los años 20, es decir, sabemos que es un tipo duro de una estirpe de tipos duros, pero no cabía pensar que fuese a llevar su estilo de negociación a una mesa de la NFL. En San Diego han aprendido, quizás tarde, que con estos no se juega.
Lo que distancia a jugador y equipo son dos asuntos concretos: cuando cobrar el bonus de firma del contrato y las condiciones de un posible corte pasado el cuarto año en los Chargers.
Sobre el primero de los temas, en San Diego quieren que ese bonus se pague en dos anualidades, mientras que Bosa y su agente exige el cobro inmediato de todo el montante.
Sobre el segundo, los Chargers quieren aplicar una clausula que haga que si el jugador es cortado a partir del cuarto año y encuentra equipo sea éste el que le pague el sueldo. El jugador, por contra, quiere que si eso sucede pueda acumular los dos salarios, es decir, el que le correspondería tras ser cortado y el nuevo de su siguiente equipo.
La franquicia argumenta que se trata de dos procedimientos estándar en los contratos de rookies. Y tiene razón. El grupo de Bosa replica que esas argucias no se usan, desde 2012, con las elecciones más altas del draft, que tienen un trato preferencial. Y también tienen razón.
La situación, enquistada, no parece que vaya a tener solución a corto plazo. Pero en esta misma temporada hemos visto un montón de situaciones que no parecían tener solución para, un par de horas después, estar resueltas, así que no resulta prudente fiarse de las filtraciones que ambas partes están regalando en estos momentos. Lo más probable sigue siendo que cada uno ceda en uno de los dos temas de discordia y aquí paz y después gloria.
Pero no hay que descartar el improbable caso de que Bosa sea fiel a sus orígenes inflexibles y se plante. Que no firme y que no juegue en todo el año. En ese caso, los Chargers podrían tratar de traspasarle para sacar algo a cambio de todo un número tres del draft, alturas en las que no elegían talento hace mucho tiempo, o dejar morir el asunto, perder al jugador y ver como se presenta al draft del año que viene, vaya usted a saber con que fortuna.
Las relaciones contractuales en la NFL son complejas. Los jugadores han sido maltratados tanto tiempo y de tantas formas diferentes que, de tanto en cuanto, sale algún valiente que se niega a tragar con ruedas de molino. Si el pedigrí del susodicho, además, esconde genes de uno de los tipos más peligrosos del hampa del siglo XX en Chicago, hum, ponte en lo peor.