Friev, luchador de cuna y apasionado de España
Debuta este viernes en la categoría de 74kg. Nació en Osetia pero se trasladó a Barcelona para poder participar en unos Juegos Olímpicos.


Lo último que ha descubierto Taimuraz Friev (1986) es el arroz con leche. Dice que le encanta, como la comida española, la música latina y ese carácter más abierto que no encuentra entre sus vecinos de Osetia (población de Georgia sometida por Rusia), cuna de luchadores en la que él siguió la tradición y a los siete años ya comenzó a pelear en sus calles. Desde este viernes, lo hará defendiendo los colores de España en el pabellón 2 de Riocentro, a escasos metros del Parque Olímpico, lugar que quiere convertir en su santuario.
“Desde que comenzó a luchar en su pueblo fue destacando hasta que llegó a tener un nivel altísimo. Pero sólo puede ir un luchador ruso, y los puestos están demasiado caros. El es el tercer competidor del país”, comentó Francisco Javier Iglesias, vicepresidente de la Federación Española de Luchas Olímpicas. Por eso, decidió venirse a Barcelona a ganarse la vida La Mina (Sant Adrià del Besòs), donde continuó luchando en el club del barrio hasta que corrió la voz debido a sus habilidades y llegó a la Federación. Friev, que apenas sabe hablar español y prefiere guardar silencio dada su timidez, se nacionalizó y ya fue quinto en el Mundial de 2014 representando a España.
El luchador pasa largas temporadas en Osetia, donde puede preparar mejor el reto olímpico, mientras que no abandona sus viajes a Barcelona y a Madrid. “Le apasiona la Blume”, dice Iglesias, quien confiesa que el luchador tiene opciones en estos Juegos. “Son 19 luchadores. La mitad son inferiores y luego hay cuatro o cinco que pueden estar algo por encima, pero dependerá del sorteo. Técnicamente puede estar a la altura de los mejores”, relata Iglesias.
Friev, que competirá en la categoría de 74kg, lleva unos días en la villa entrenando aspectos aeróbicos, controlando el peso, comiendo solamente una vez al día en ocasiones (“la hidratación e ingerir proteínas es clave”) y pasando buenos ratos con el equipo español de bádminton, pues se aloja en la misma planta que el luchador. Copiar el trayecto de Carolina Marín en Río o de Maider Unda en Londres sería el mejor regalo a su largo camino hacia unos Juegos. De Osetia a Río pasando por La Mina, donde es un ídolo y los niños quieren copiar sus llaves.