Aguayo y Villanueva empiezan la pretemporada con mal pie
El kicker de los Buccaneers falló un extra point, su primera patada como profesional, y Villanueva concedió una penalización y un sack poco después de empezar el partido.
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Que nadie se ponga nervioso. No pasa nada. El primer partido de pretemporada no tiene ninguna trascendencia, o al menos no debería tenerla. Pero tanto el español Alejandro Villanueva como el mexicano Roberto Aguayo no tuvieron precisamente un buen inicio de temporada. Ni siquiera regular tirando a pasable. Podríamos calificar el debut de ambos como malo.
El mexicano dio tres patadas de kickoff. Una fue un touchback corto y las otras fueron retornadas desde 3 y 5 yardas dentro de la end zone. Como ha sucedido en casi todos los partidos, suponemos que los equipos especiales de Tampa trabajaron la patada corta, intentando obligar a sus rivales a retornar tras el cambio de reglamento que sitúa los touchback de kickoff en la yarda 25. Sin embargo, nos habría gustado ver a Aguayo sacar algún balón del campo con contundencia, para demostrar que su único interrogante, la fuerza de su pierna, no será nunca un problema.
Pero eso no fue malo, al contrario. Como digo, tenemos tiempo para ver a Aguayo poner balones en órbita y lo más probable es que la prioridad actual ahora sea trabajar con él la elevación y puntería en los kickoff cortos. Y desde ese punto de vista fueron tres patadas muy buenas, pese a que las dos retornadas lo fueron para 39 y 47 yardas. El auténtico problema es que el único extrapoint que intentó, mediado el primer cuarto, pegó en el palo izquierdo y salio rebotado. Y esa fue su primera patada como profesional. Estrenarse en la NFL con un extra point fallado tras pegarle picuda a la bola no es precisamente el sueño de un kicker, y menos de uno elegido en segunda ronda con escalada incluida.
Por suerte, en el último cuarto pudo resarcirse con un field goal de 38 yardas que entró equidistante entre los dos listones amarillos con un vuelo perfecto. Una patada del museo de pesas y medidas que sin duda le devolvió la alegría, y le hizo coger confianza de cara al futuro. Esa patada pudo ser importantísima. Haberse marchado del emparrillado con un solo golpeo fallado no habría ayudado a su autoestima, tan importantes en esa posición, en la que la fuerza mental es decisiva.
Lo del español Alejandro Villanueva fue peor. En la primera jugada tuvo un error de coordinación con Jesse James, su tight end, que a punto estuvo de hacerle perder la marca y costarle un disgusto. En la segunda jugada, de carrera, perdió de vista el balón aunque no tuvo consecuencias. En la tercera fue castigado con penalización por uso ilegal de las manos. Diez yardas que mataron esa serie.
Tras el siguiente ataque de los Lions, Villanueva saltó al campo para conceder un sack inexplicablemente. Descolocado, y agarrando a su rival a la desesperada para intentar enmendar el entuerto. Landry Jones sufrió un duro golpe y perdió 9 yardas. A esas alturas todos nos frotábamos los ojos, intentando encontrar sobre el césped al jugador que el año pasado rara vez cometía errores y penalizaciones. Esa serie también murió nada más nacer tras el error de Villanueva, que desde ese momento pareció despertar, y jugó de forma impecable los dos siguientes snaps de ese drive, y los tres del siguiente tras los que se despidió del partido.
Sin embargo, hubo varios detalles muy positivos. El primero fue que se marchó a la banda recién empezado el segundo cuarto, a la vez que se fueron el resto de los jugadores titulares de la OL de Pittsburgh. Por tanto, la presunta batalla por el puesto que anunció Mike Munchak no es tal, o al menos no lo fue en el primer partido de pretemporada. También pareció que Villanueva ha llegado a la temporada más fino que en 2015. Eso confirma que está más confiado con su técnica, y piensa que no necesita recurrir al peso para competir con sus rivales, como sí hizo hace doce meses.
Por último, el ex de los Broncos Ryan Harris, y el rookie Jerald Hawkins, sus teóricos rivales por la titularidad en al posición, que jugaron mucho más tiempo que el español, transmitieron muy malas sensaciones. Villanueva tuvo una acumulación de errores puntuales, pero Harris se vio incapaz de retener a rivales de gran envergadura, y el rookie, pese a las ganas que puso, pareció un jugador demasiado pequeño y necesitado de formación.
Sin embargo, mal de muchos es consuelo de tontos, y Villanueva necesita salir al campo más concentrado para demostrar que puede llegar a ser una estrella de la NFL en la posición de left tackle.
Esperemos que en la semana 2 de pretemporada Aguayo y Villanueva nos den más alegrías que en este gris arranque.