El Ravens-Panthers se detiene para ver ganar a Phelps
La medalla de oro número veintidos en unos Juegos del nadador, héroe de la ciudad de Baltimore, paralizó un partido de pretemporada de la NFL.
El mundo entero se asombra ante Michael Phelps. En cuatro Juegos Olímpicos, el nadador acumula 26 medallas, 22 de oro; cuatro de ellas la ha conseguido en Río 2016. En su país, en Estados Unidos, el asombro se transforma en unánime consideración de héroe. Pero ya en su ciudad natal, en Baltimore, la locura es absoluta con él. Hasta tal punto de que es capaz de paralizar un partido de la sacrosanta NFL y de los no menos sagrados (en la ciudad) Ravens.
Se trataba del primer partido de pretemporada. Los Ravens recibían la visita de los campeones de la NFC, los Carolina Panthers. Era un día importante para los jugadores y los aficionados, que se reencontraban tras seis meses sin verse. Sin embargo, lo que querían todos era ver al Tiburón ganar.
Los responsables de los despachos del equipo decidieron poner la competición de 200 metros estilo en las pantallas del estadio, y la locura se desató en la grada. Los propios jugadores esperaron en el césped a que acabase la carrera; las cheerleaders, incluso los policias, animaron a Phelps y, al acabar, la afición explotó festiva antes de seguir con el football.
Pocas cosas en Estados Unidos pueden presumir de estar por encima de la NFL. Una de ellas, al menos en Baltimore, es Michael Phelps.