RÍO 2016: BÁDMINTON

Rivas: "No haría pasar a mi hija por la preparación de Carolina"

Una Carolina Marín “diferente” inicia su asalto al oro tras dos meses “muy, muy duros”. Juega su primer partido este jueves contra la finlandesa Nanna Vainio (16:45).

Carolina Marín, en Río.
EFE
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
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Carolina Marín oro bádminton

Carolina Marín, de Huelva, pisó la luna en 2014 cuando ganó el Mundial. Y viajó a Marte al año siguiente cuando se convirtió en la primera jugadora no asiática en revalidar el título. Desde España, país sin tradición, quiere ser también la primera campeona olímpica no asiática. Y si hay que sufrir para ello, se sufre.

“Yo a mi hija no le haría pasar por esto”, cuenta Fernando Rivas, el entrenador que la descubrió con 13 años y la llevó al CAR de Madrid, y que acaba de ser padre hace poco. “Esto” es la vuelta de tuerca que ha dado a la preparación de Carolina. Pura ciencia y exigencia. “Es importante guardar los secretos que marcan las diferencias. He cambiado en todo, pero no puedo concretar en qué. Han sido dos meses muy, muy duros. He llegado a llorar en algún entrenamiento. No podía dormir de lo cansada que estaba, pero siempre he pensado en la medalla”, retrata ansiosa por empezar la andaluza de 23 años, que cree que ha alcanzado el mix que le hace perfecta: “Calma, alegría y fuerza”,

Rivas, licenciado en Educación Física y devoto lector del International Journal of Sports Science, ha incorporado nuevos (y secretos) métodos de hipoxia (simulación de entrenamiento en altura para generar más glóbulos rojos) para su pupila. La meta es “aguantar más en las jugadas largas y recuperar antes”. Conseguir un mejor físico para mejorar la técnica y la táctica. Para llegar antes a los volantes, para despedirlos más precisos.

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Para ello encontraron un aliado en la Unidad de Control de Rendimiento del Centro de Medicina del CAR de Madrid. “Hemos dejado pocos detalles al azar. La calidad del sueño, la frecuencia cardíaca máxima, capacidad de repetir aceleraciones…”, todo para construir una nueva Carolina que sorprenda. También han reproducido las condiciones de calor y humedad de Río con concentraciones en Ibiza.

Carolina debutará el jueves con la finlandesa Nanna Vainio y luego vendrá la danesa Line Kjaersfeldt. Si es primera, pasará directamente a cuartos. “Soy diferente”, pregona la Carolina que persigue el oro… y única.

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