RÍO 16 | ESGRIMA

Ibtihaj Muhammad, hiyab en EE UU contra la islamofobia

Lo lleva debajo de la careta. "Nunca hubo una musulmana compitiendo con Estados Unidos en los Juegos Olímpicos", dice la esgrimista de 30 años.

La estadounidense y musulmana Muhammad competirá con el velo islámico debajo de su careta de esgrima.
AFP
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
Rio de Janeiro Actualizado a

Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos Río 2016 en directo

Estados Unidos siempre guarda historias de superación y de ruptura de barreras. Para los Juegos de Río guardaba otra, la de Ibtihaj Muhammad, que se convertirá en la primera deportista estadounidense que competirá con hiyab, el pañuelo tradicional que cubre la cabeza de las musulmanas. Lo llevará bajo la careta que le cubrirá en la competición de esgrima. 

Ibtihaj, con 30 años ahora, quería ser deportista sin tener que renunciar a una de sus tradiciones. Con 13 años, cuenta estos días en Brasil, pasó por la Columbia High School de Nueva Jersey junto a su madre y descubrieron un deporte en el que podía ir con piernas, brazos y cabeza tapadas. Que le permitiría ser fiel a sus principios. “No sé qué es eso, pero cuando llegues a secundaria te apuntaré”, le dijo su madre. Luego vendrían dos títulos nacionales y su ingreso en el equipo de EE UU. 

EE UU y medio mundo están en guerra declarada contra el ISIS, el Estado Islámico que tiñe con regueros de sangre medio mundo, Muhammad ha tenido que hacer frente a una islamofobia creciente y a unos prejuicios que todavía marcan su deporte, dominado en EE UU por blancos.

 “No tuve ningún modelo a seguir cuando comencé, y muchas veces tuve que escuchar comentarios por ser negra o por ser musulmana… y me dolía mucho”, confesó a New Yorker. “Cuando me fijé en este deporte, no había mucha diversidad. Sólo quería romper con el estereotipo y desafiar la idea que la gente tenía de cómo debía verse un esgrimista. Cuando me dijeron que nunca había habido una mujer musulmana con hiyab en el equipo olímpico estadounidense, ése fue solo otro desafío para mi”, refiere. 

Muhammad, que compite en sable, ingresó en la Universidad de Duke, donde consiguió una graduación en relaciones internacionales, estudios afro-americanos y en lengua árabe. Quizá para comprender y comprenderse. En el plano deportivo tampoco le fue mal, fue nombrada tres veces ‘All American’. Time la incluyó este año entre las 100 personas más influyentes del mundo. 

Noticias relacionadas

Mientras simpatizantes del ISIS llevaban el terror a California en diciembre pasado y a Florida en junio, un sentimiento de hostilidad se extendió algunas capas de población. “Iba caminando con un compañero del equipo y me abordaron diciendo que parecía sospechosa. Me dijo que si tenía la intención de volar algo”, revela. 

Con EE UU salpicado de nuevo por episodios de racismo, como en aquel México 1968 del Black Power, Muhhammad ha encontrado en los Juegos y en su hiyab un altavoz para alzar la voz de los musulmanes en su país. Con un sable en la mano y el otro en el corazón. 

Te recomendamos en Juegos Olímpicos