Brasil hace un simulacro de atentado previo a los JJOO
El simulacro reunió por primera vez a todas las fuerzas de seguridad que participarán en el dispositivo organizado para los Juegos Olímpicos.
Un simulacro de atentado con rehenes en un tren en la estación olímpica de Deodoro reunió hoy por primera vez a todas las fuerzas que participan en el plan de seguridad de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en un momento en que el país se encuentra en "alerta amarilla".
En el ejercicio, que involucró a cerca de mil personas entre policías, militares, agentes y figurantes, se simuló la explosión de una "bomba sucia" en un vagón del tren de cercanías en el que dos terroristas tomaban el control de la situación y generaban pánico en la estación que será utilizada por los aficionados que acudan al Parque Olímpico de Deodoro.
La "alerta amarilla" en Río de Janeiro a veinte días del comienzo de los Juegos Olímpicos obedece a "la ausencia de una amenaza concreta" pero ante la necesidad de aumentar "la atención y el nivel de respuesta" frente a circunstancias normales, explicó durante el ejercicio el coordinador general de Seguridad Pública en los Juegos Olímpicos, Cristiano Barbosa Sampaio.
Tras cerca de hora y media de ejercicio, desarrollado en tiempo real, los agentes redujeron a los asaltantes por medio de la colaboración entre miembros de las Fuerzas Armadas, la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) y las Policías Militarizada y Civil, entre otras.
En total, cerca de 20 instituciones estaban envueltas en el ejercicio preparado desde hacía seis meses, las mismas que participarían en el caso de que el ataque fuera real.
El simulacro fue el primero desde la llegada a Río de Janeiro de los militares y de los miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad enviados a esta ciudad para reforzar la seguridad a menos de tres semanas de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
La lectura final del general Mauro Sinott Lopes, oficial del Comando Conjunto de Prevención en Combate al Terrorismo del Ejército brasileño, fue que "el ejercicio fue muy provechoso" y "muy positivo", y sirvió como oportunidad para comprobar la "capacitación" de las tropas brasileñas.
Entre los objetivos específicos de este ejercicio estaban factores como el análisis de los sistemas de comando, la gobernanza e integración y la nivelación de conocimiento entre los distintos cuerpos de seguridad, entre otros.
"Hoy la experiencia del mundo está siendo reflejada aquí a partir de un intercambio continuo de experiencias entre los brasileños y los extranjeros que tienen mayor vivencia con este asunto", afirmó Barbosa Sampaio.
En los próximos días esta clase de simulacros "será realizada en todas las instalaciones que tendrán competiciones en los Juegos Olímpicos" antes de la llegada de los primeros deportistas a la ciudad, lo que está previsto para el próximo 24 de julio, con ejercicios que seguirán involucrando a todas las fuerzas de seguridad como si se tratara de casos reales de "amenazas externas".
Una vez llegue el 24 de julio, cerca de 2.000 hombres "con dedicación exclusiva al enfrentamiento al terror" vigilarán los distintos locales olímpicos, de los cuales cerca de 1.100 estarán en Río de Janeiro, añadió Sinott.
Asimismo, el general explicó que estos hombres cuentan con un "planteamiento y adiestramiento" de dos años y "con una flexibilidad para hacer frente a ajustes en función de los niveles de amenaza".
Para ellos, las recientes manifestaciones terroristas en el mundo han generado un "aumento del nivel de alerta" pero no un cambio de planteamiento para combatir dicho peligro.
Las autoridades brasileñas reconocieron que tuvieron que revisar el plan de seguridad para los Juegos Olímpicos debido a las circunstancias del atentado del jueves en Niza (Francia).
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"Revisamos las medidas; vamos a ampliar las barreras, las revisiones. Vamos a tener que adoptar una seguridad mucho más rígida", afirmó el ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia brasileña, el general Sergio Etchegoyen.
"Creemos que vamos a tener que intensificar los sistemas de control y de seguridad", dijo por su parte el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, para quien, tras el atentado de Niza, "queda claro que cualquier herramienta, cualquier instrumento, cualquier vehículo puede ser un vector en un acto terrorista".