HISTORIAS OLÍMPICAS

Nesty fue el primer campeón olímpico negro en natación

Nació en Trinidad, vivió en Surinam desde los siete meses y se educó y se formó como nadador en Florida. En su páís sólo había una piscina olímpica.

Anthony Nesty recibiendo su medalla de oro en los Juegos de Seúl 1988.
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Ángel Cruz
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Para ver la primera medalla olímpica de natación ganada por deportistas de raza negra hubo que esperar ochenta años, nada menos. Los que pasaron entre Atenas 1896 y Montreal 1976. En la ciudad francófona canadiense se llevó dos bronces Enith Brigitha, nacida en Willemstad (Curaçao), que representaba a Holanda, la metrópoli. Las ganó en 100 y 200 metros estilo libre.

El momento fue histórico, porque el líquido elemento no parece el más idóneo, aún hoy en día, para el triunfo de los deportistas de color. Enith Brigitha tiene en su historial, además, once medallas en Campeonatos Mundiales y Europeos, pero ninguna de oro. Fue una nadadora de platas y bronces.

Para ver a un nadador negro alcanzar el título hubo que esperar aún más: 92 años. Los que van de aquellos Juegos iniciales de la capital griega a los que se celebraron en Seúl 1988. El héroe fue Anthony Nesty, con nacionalidad de Surinam, pero nacido en Trinidad y Tobago, que rompió todos los precedentes en los 100 metros mariposa.

Nesty era el menor de cinco hermanos y sus padres emigraron a Surinam en busca de mejores oportunidades económicas cuando él tenía siete meses. Empezó a practicar la natación a los cinco años. En su país de adopción sólo había una piscina olímpica, pero de seis calles, en lugar de las ocho reglamentarias.

Pronto demostró muy buenas condiciones, hasta clasificarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, en los que acabó vigésimo primero. Tenía 17 años y un cazador de talentos le ofreció una beca para la Bolles School de Jacksonville, en Florida (Estados Unidos), que se caracterizaba por un amplio programa destinado a nadadores de élite. Allí mejoró la calidad de sus entrenamientos a las órdenes de Gregg Troy.

Y acudió a los Juegos de Seúl 1988 con ambiciones distintas a las que cuatro años antes en la ciudad californiana. Y venció en los 100 metros mariposa, por delante, nada menos, que del estadounidense Matt Biondi, estrella mediática y gran favorito.

Surinam festejó por todo lo alto el éxito de su hijo adoptivo: le dedicó un sello, una moneda de plata y otra de bronce, y las líneas aéreas del país le pusieron su nombre a un avión.

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Tras retirarse regresó como entrenador a la Bolles School, la escuela que le becó y que le capultó hacia la élite. Actualmente es entrenador ayudante en el club Florida Hators.

Curioso: los dos pioneros de la raza negra no eran estadounidenses, una de las más grandes potencias en natación, sino caribeños y de países minúsculos.

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