Isinbayeva, Shubenkov o Chicherova podrían no ir a Río
Las tres estrellas del atletismo ruso podrían no estar en los Juegos Olímpicos si finalmente la IAAF deja a Rusia sin competir en Río.
En caso de que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) deje a los atletas rusos fuera de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el boicot afectaría a estrellas como Yelena Isinbáyeva, Serguéi Shubenkov o Anna Chicherova.
El golpe sería especialmente duro para Isinbáyeva, doble campeona olímpica (Atenas 2004 y Pekín 2008) y bronce en Londres (2012), que quería despedirse con una quinta olimpiada y un tercer oro al cuello.
A punto de cumplir los 34 años, la zarina de la pértiga recuperó el liderato en la disciplina después de un par de años de crisis al ganar el Mundial de Moscú (2013), tras lo que se tomó una pausa para ser mamá.
Le ha costado mucho volver y, además, sufrió una inoportuna lesión que le privó de temporada de invierno, justo cuando, según su técnico Yevgueni Trofímov, estaba saltando por encima de los 5 metros.
Aunque cuesta imaginar unos Juegos sin Isinbáyeva, que debutó en Sydney con 18 años, la nativa de Volgogrado ya ha advertido que llevará a la IAAF a los tribunales, ya que considera que en ningún caso deben pagar "inocentes por pecadores".
Yelena aún tiene hambre, por lo que todos esperan ansiosos su duelo con la estadounidense Jenn Suhr, campeona olímpica en Londres que le arrebató el récord mundial en pista cubierta (5,03 metros) y que está llamada a dominar la pértiga en los próximos años.
Otro de los grandes perjudicados por la prohibición sería Serguéi Shubenkov, el campeón mundial de 110 metros vallas y la gran esperanza europea en esta disciplina dominada tradicionalmente por estadounidenses y caribeños.
Shubenkov, de 26 años y que sólo pudo ser décimo segundo en Londres, se encuentra en plenitud tras ganar los últimos dos campeonatos de Europa (2012 y 2014) y coronarse como el campeón mundial en los Mundiales celebrados en Pekín (2015) tras ser tercero en Moscú (2013).
Su ausencia sería especialmente dolorosa para su familia, ya que su madre, Natalia Shubenkova, especialista en heptatlón, no pudo disputar los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84 por el boicot del bloque socialista.
La saltadora Anna Chicherova ya conoce la gloria olímpica, ya que fue campeona en Londres después de tener un hijo, además de lograr el bronce en Pekín.
A punto de cumplir los 32 años, es probable que Río sean sus últimos Juegos, aunque demostró la pasada temporada en los Mundiales al colgarse el bronce que aún puede luchar por el primer lugar.
En caso de competir en tierras brasileñas, Chicherova habrá tenido que superar numerosos obstáculos, ya que fue acusada de dopaje después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) repitiera con nuevas tecnologías los análisis realizados en los Juegos Olímpicos.
Aunque el daño ya estaba hecho, los análisis efectuados en las pruebas B de Pekín demostraron que la rusa no había consumido sustancias prohibidas y, en caso de que la IAAF lo permitiera, participará de pleno derecho en los Juegos de Río.
Por suerte para el atletismo ruso, Masha Kuchina, la flamante campeona mundial en Pekín con un salto de 2,01 metros, tiene sólo 23 años.
Campeona de Europa en pista cubierta y bronce al aire libre en 2014, Kuchina es la gran apuesta del atletismo ruso en esta disciplina.
Otro campeón olímpico ruso es Iván Ujov, oro en la capital británica con unos magníficos 2,38, salto que ponía fin a una carrera llena de altibajos.
A sus 30 años, el ruso, que saltó 2,42 metros bajo techo en 2014, parece lejos de su mejor forma, ya que se perdió el pasado Mundial y acaba de cambiar de entrenador, pero es un atleta imprevisible y capacitado para luchar por el podio.
En caso de que los atletas rusos reciban finalmente el visto bueno, partirán con desventaja, ya que no han podido enfrentarse a sus rivales ni en el Mundial de pista cubierta disputado en marzo en Portland ni en los tradicionales certámenes atléticos que sirven de preparación para los Juegos Olímpicos.