Xander Bogaerts está jugando en plan MVP
El shortstop de los Boston Red Sox no para de mejorar desde su debut en 2012 y se ha convertido en una pieza imprescindible en su equipo.
En los últimos tiempos, Ruben Amaro Jr., entrenador de primera base de los Boston Red Sox y hasta el año pasado el GM de los Philadelphia Phillies, recordaba que muchos de los jóvenes y numerosos talentos que hay en la plantilla de los Red Sox le preguntaban cuál le parecía el mejor. Esto es casi como la pregunta de a quién quieres más, a papá o mamá.
Diplomáticamente, Amaro dijo que a todos ellos, pero hubo una época en la que tuvo claro que sus predilecciones iban por cierto jugador que es en la actualidad el shortstop de los de Beantown, un tal Xander Bogaerts.
Cuando los Phillies estuvieron escuchando ofertas (o haciéndolas) en 2013 sobre posibles destinos de Cole Hamels y Cliff Lee, ante la certeza de que lo que mejor podía hacer el equipo era traspasar a sus mejores activos y reconstruirse, el nombre de Bogaerts salió cuando se habló sobre el antiguo ganador del Cy Young, Cliff Lee. La conversación terminó ahí.
Definitivamente, hay ocasiones en las que los mejores traspasos son aquellos que no terminas haciendo.
Y aquí estamos casi a mediados del mes de junio y Xander Bogaerts no es que se haya asentado en las Grandes Ligas, que no es poca cosa, sino que está convirtiéndose en uno de sus mejores jugadores y no sólo en su posición.
Oye, que no está mal si tienes en cuenta que en los Boston Red Sox hay un Mookie Betts que va en ritmo de conseguir 84 hits de bases extra (37 de ellos home runs), 123 carreras impulsadas y 155 anotadas con 29 robos de base o un Jackie Bradley Jr. que terminaría la campaña si mantiene su tendencia actual con 81 hits de bases extra y 112 carreras impulsadas.
¡Si hasta David Ortiz parece rejuvenecido y va lanzado a por 71 dobles, 42 home runs y 144 carreras impulsadas mientras promedia un .340 y lidera su liga tanto en slugging (.708) como en OPS (.1131)!
Gran parte de estas sensaciones las tiene un muchacho como Xander Bogaerts, al que se le notaba comodísimo en las Series Mundiales de 2013 cuando apenas contaba con 21 añitos, final en la que se hizo con su primer anillo.
Con el dorsal número dos en honor de su ídolo de la infancia y capitán del eterno rival de los Yankees, Derek Jeter, el joven de Aruba, no ha dejado de mejorar con cada año que pasa y durante el 2015 demostró una innata capacidad para hacer contacto con la bola, de ahí su .320 de bateo (sólo por detrás del gran Miguel Cabrera) y sus 196 hits que fueron la segunda marca del año.
El club no podía estar más contento con su rendimiento y la clave estaba en ver si Bogaerts no iba a sacrificar capacidad para hacer contacto en pos de mejorar sus guarismos en términos de potencia, en esta época tan seducida por el home run como en cualquier otra anterior.
El año pasado Boagerts logró sólo siete home runs, pero es que en 2016 ya ha superado esa marca mientras ha sido capaz de dar un salto cualitativo en todas las áreas de su juego, con una marca de bateo de .358 con la que lidera la Liga Americana y con 44 carreras impulsadas desde la tercera plaza del turno.
Xander no muestra tener algún punto débil, una kriptonita a la que se puedan agarrar sus rivales y es por ello que su impacto global, cuando se cuenta ataque y defensa, hace que ya tenga un WAR de 3.6 según Baseball Reference, por delante del 3.4 de Altuve o 3.3 de Machado.
Si además de todo lo anterior, se juega en una posición tan importante en defensa como la de shortstop, ahí tenéis las características de un futuro MVP, empezando por este mismo año.
La lucha va a ser encarnizada, pero si algo demuestra Bogaerts es que la presión no va con él, casi ni cuando tuvo esa fantástica racha de 26 partidos con un hit. Al igual que su ídolo Derek Jeter, Xander Bogaerts está hecho para ganar… y mucho.