Repetir para los Royals acaba de ponerse muy cuesta arriba
El vigente campeón del mundo tendrá más difícil revalidar el título tras conocerse la grave lesión de ligamento cruzado en la rodilla de Moustakas.
Ganar un campeonato del mundo es un mérito enorme, siendo la culminación de un gran trabajo hecho a lo largo de los meses y aderezado con el favor de los dioses del béisbol, que siempre viene bien e incluso a veces, resulta ser fundamental.
La suerte no sólo es crucial a todos los niveles de la vida y cuando se trata del pasatiempo nacional, en ocasiones consiste en esa pelota que encuentra el hueco superando ‘in extremis’ la estirada del defensor o para esquivar esa acción que te puede condicionar todo el año.
Y luego sucede esto…
Buena prueba de todo ello lo tenemos con las últimas noticias que nos llegan desde Kansas City y es que Mike Moustakas, su tercera base y piedra angular del turno de bateo de Ned Yost, tiene roto el ligamento cruzado de su rodilla derecha, colocando en una situación delicada al vigente campeón del mundo.
En una bola aérea en el partido que enfrentó a sus Royals contra los Chicago White Sox, el exterior izquierdo Alex Gordon y el tercera base Moustakas chocaron en una acción que suele ser protagonista de las meteduras de pata de la semana, pero cuya importancia desgraciadamente va mucho más allá que la sección divertida.
Tras esa acción, se averiguó que Gordon se había roto el escafoides en su muñeca derecha aunque no tenía que pasar por el quirófano y el período de baja se estimaba entre las tres y cuatro semanas.
Lo que nadie anticipaba es que finalmente, los Royals iban a perder a dos All-Stars por el precio de uno. Sinceramente, me cuesta recordar una acción tan desafortunada y al mismo tiempo tan vital para un aspirante al título, que pasa por ser el defensor del mismo.
Aunque se encuentra a la espera de recibir una segunda opinión sobre su lesión de rodilla, la perspectiva de ver como una parte muy importante del equipo se esfuma, tiene que ser descorazonadora para los de Missouri.
Tanto el bate como la defensa de ‘Mous’ es muy apreciada en el vestuario. En 2015, consiguió un .284 de bateo, con 22 home runs y 82 carreras impulsadas, con un OPS de .817. Por primera vez en su carrera, había sido capaz de dar un paso adelante en su juego y se convirtió en un peligro, tanto si tenía delante a un zurdo, que siempre había sido su punto débil hasta la fecha, o un diestro. El WAR (Wins above replacement) de Moustakas se situaba en 4.0, que casi es campaña digna del All-Star, cosa que ocurrió por primera vez en su carrera tras ser el segundo jugador escogido en el draft de 2007.
Ahora la clave es ver cómo el equipo será capaz de compensar su baja, si los temores se terminan confirmando. Durante su primer paso por la lista de lesionados, el joven nicaragüense Cheslor Cuthbert fue el encargado de actuar en su puesto. Llegó a tener una media del .237 con un home run y tres carreras impulsadas a lo largo de 60 turnos de bateo. Su defensa fue especialmente valiosa, incluso en tan poco tiempo.
No obstante, sería injusto pensar en que Cuthbert sea la solución definitiva y es que el mercado de traspasos no es que ande especialmente sobrado en alternativas en la esquina caliente… al menos, por el momento.
No, la solución debe pasar porque los pesos pesados de la franquicia tengan que dar un paso adelante y compensar esa marcha. De hecho, el club ve como hay margen de mejora por parte de gran parte de ese turno no ha alcanzado todavía el nivel esperado y se espera que lo hagan. Kendrys Morales tiene que ser uno de ellos. Las circunstancias van a obligar a que Ned Yost tengan que echar mano de todas sus alternativos porque no le queda otra. Y los lanzadores también tendrán que hacerlo, tanto la rotación como ese bullpen estelar.
La buena noticia es que, después de los flojos dos primeros meses de competición, los Royals están a un par de encuentros de los White Sox y 1.5 por detrás de los Indians. En resumidas cuentas, están ahí cuando se acerca el Memorial Day.
Revalidar el título en las Grandes Ligas no se consigue desde que los New York Yankees ganasen tres veces consecutivas entre 1998 y 2000.
Y los Royals tendrán que echar el resto si quieren aumentar su legado.