La defensa "4-3 under" se pone de moda en la AFC Norte
El problema para encontrar personal adecuado a la formación 3-4 está generando que los equipos de la división se planteen cambiar este sistema.
Hay palabras que me parecen mágicas. Por ejemplo “híbrido”. Según la R.A.E., es un producto compuesto por elementos de distinta naturaleza. Aplicado al football, el concepto “defensa híbrida” responde a un tipo de defensa que “no tengo ni idea cómo se estructura, pero digo lo de híbrida, quedo guay, y nadie me puede rebatir”. Lo habéis adivinado, este artículo va sobre defensas híbridas. En concreto, la “4-3 under”, tan de moda últimamente en la AFC Norte.
Evolucionar o extinguirse. Una sentencia inevitable en la vida, a la que la NFL tampoco es ajena. La AFC Norte ha sido cuna de las mejores defensas de los últimos tiempos, pero también ellas deben actualizarse, bien por haber perdido preponderancia en beneficio de otras, como las de Broncos o Seahawks, bien porque los estandartes que las hacían imbatibles disfrutan ya de su merecida jubilación. En algunos lugares, prescindir de la tradicional defensa 3-4 puede sonar a herejía, pero ante esto, existe una opción menos traumática, como la “4-3 under”, que permitiría una transición más suave. De antemano, pido disculpas a los noveles si la explicación de estos conceptos es demasiado complicada, y a los veteranos si resulta demasiado simplista.
En principio, podríamos definirla como una defensa en la que emplearíamos personal de 3-4, pero cuyas responsabilidades se asemejarían más a las de una 4-3. En ella, la formación se parece mucho a la de una 3-4, pero cada defensor tiene la responsabilidad de atacar un gap (hueco entre dos jugadores de línea ofensiva), lo que facilita la comprensión del sistema a quienes no estén acostumbrados, al centrarse en un solo gap, no en quien tengan enfrente.
Como podemos ver en la imagen 1 tenemos la formación ligeramente desplazada hacia el lado débil (zona donde no se coloca el tight-end). Poniendo el ejemplo de la probable alineación de los Browns, tendríamos un nose-tackle (Shelton) situado en Técnica-1 (frente al hombro interior del guard), cuya responsabilidad es el gap A (hueco entre center y guard) capaz de absorber doble bloqueo. Un defensive-tackle (Cooper) en Técnica-3 (frente al hombro exterior del guard), cuya responsabilidad es el gap B (hueco entre guard y tackle). Un defensive-end (Bryant) en Técnica-5 (frente al right-tackle), cuya responsabilidad es el gap C (hueco entre tackle y TE). En los extremos de esta formación tendríamos un Sam (Strongside LineBacker) en el lado fuerte (Kruger), y un Leo (básicamente un defensive-end que jugaría como Outside LineBacker en una 3-4, cuya misión principal es el pass-rush), que en el ejemplo sería Ogbah (aunque como rookie, mientras se adapta a la NFL podría alinearse Orchard), justificando así la razón por la cual los Browns con su “defensa 3-4” draftearon un DE claramente de 4-3.
El objetivo perseguido es generar un “embudo” para forzar a los runningbacks a correr por el gap A del lado débil o el gap B del lado fuerte, donde les esperarían respectivamente Kirksey como Will (Weakside Linebacker) y Davis como Mike (Middle LineBacker). Si el ataque quisiera “eliminar” a uno de ellos con la utilización de un fullback, la defensa subiría a la línea de scrimmage al Strong Safety, en este estratégico juego del gato y el ratón que tanto nos gusta de nuestro deporte favorito. Igualmente, en el caso de una jugada de pase, los linebackers citados podrían entrar en blitz por esos caminos que sus compañeros han dejado “diáfanos”.
“Si la vida te da limones, haz limonada”, debió pensar Ray Horton, coordinador defensivo de los Browns al comprobar que el draft venía mejor surtido en defensores más propicios para una defensa 4-3 que para su 3-4. Es síntoma de buen entrenador abrir su mente, y su esquema, para admitir jugadores con talento, antes que conformarse con otros de menor nivel para no modificar su filosofía. Similar a lo que hizo en los Titans, al adaptar su táctica al personal que tenía en Tennessee. Dentro de lo mal que estuvo ese equipo, la defensa no fue lo peor, quedando 12ª en la competición. En su 2ª etapa al frente de la defensa de Cleveland, que hizo 9ª de la liga en 2013, regresa más curtido a su ecosistema natural, la AFC Norte (fue jugador de Bengals entre 1983 y 1988, y entrenó la secundaria de Pittsburgh de 2004 a 2010).
En el caso de los Ravens, ya desde finales de 2014 llevan probando este tipo de defensa. Para algunos, es una deriva lógica con la que compensar la falta de agresividad del coordinador Pees. Para otros, un plan meditado tras las adquisiciones de los entrenadores Cullen (DLs) y Frazier (CBs), más habituados a la 4-3. En mi opinión, se debe más a la progresiva falta de calidad en los linebackers exteriores por la edad de Suggs y Dumervil. De hecho, el plantel defensivo parece mejor dotado para la 4-3 (e incluso podría ayudar al LB Arthur Brown a revertir su hasta ahora decepcionante carrera) y si bien no espero cambios traumáticos, sí que podemos asegurar que veremos cada vez más formaciones de este tipo. En la imagen 2 podréis ver cómo quedaría esta defensa (la foto es antigua, pero los nombres están actualizados).
Algo parecido podríamos decir de los Steelers y el drástico declive de sus OLBs. Ya no está Woodley, ni Harrison al nivel que le llevó a ser jugador defensivo del año. Tampoco LeBeau, el técnico que hacía funcionar esa defensa. Tomlin nunca ha negado su preferencia por una 4-3, y en 2015, la formación base 3-4 apenas se utilizó el 28% de las jugadas. Quizá un cambio definitivo revitalizaría la unidad más débil del equipo. Podría quedar como en la imagen 3.
Por su parte, los Bengals, los únicos de la división que planteaban la 4-3 clásica, no prevén cambios sustanciales en su defensa. Lo cual no significa que esta formación sea inmutable, ya que prácticamente sólo aparece en primeros downs, pasando después a una 4-2-5, e incluso 3-3-5 en jugadas de pase, en las que el NT deja su puesto a un especialista en pass-rush.