Ryan Fitzpatrick y los New York Jets están deseando besarse
El quarterback ha hecho unas declaraciones en las que parece buscar la reconciliación y abre la puerta a aceptar un contrato más barato para la franquicia.
La historia de desamor entre el quarterback Ryan Fitzpatrick y los New York Jets empezó como un divorcio en el que, como pasa casi siempre, el final del amor convierte la relación en un asunto puramente económico: yo me quedo con el piso y tú con la mascota. Las exigencias del jugador, 17 millones por temporada en un primer momento, estaban en las antípodas de los 7 millones que estaba dispuesto a darle el equipo.
Esa diferencia convirtió la relación en imposible, y la separación fue inevitable. Ambas partes de mandaban mensajitos, de esos que se tiran los desengañados para hacerse daño, pero a la vez, el jugador seguía manteniendo una relación estrecha con el grueso de los jugadores de la franquicia, en esa actitud de estar sin estar, más típica del cortejo que de la ruptura. Incluso un recién llegado, como Matt Forte, prácticamente se estrenó como Jet pidiendo ante los micrófonos que Fitzpatrick volviera al equipo.
Durante las últimas semanas la relación ha sido hasta cómica, como una pareja que rompe, pero sigue compartiendo grupo de amigos, mientras todos los que les rodean intentan reconciliarlos, seguros de que la llama del amor no solo sobrevive en el corazón de ambos, sino que la lejanía inflama sus corazones e incendia la pasión.
Por eso no llaman en absoluto la atención las últimas declaraciones de Fitzpatrick, que aún no abre la puerta a ningún acuerdo, pero sí parecen una cartita de amor, con aroma a perfume, lacito, y un corazoncito dibujado: “lo pasé fenomenal con los chicos el año pasado, quiero continuar con ellos y me estoy preparando para ello”. “Está siendo un proceso largo, pero lo bueno es que las discusiones han sido a puerta cerrada”. El quarterback, listo como pocos, suspira aliviado porque nada se ha dicho suficientemente alto como para impedir un acercamiento.
Pero lo más importante es que sí parece dispuesto a ceder, y ha abierto una ligerísima puerta a la reconciliación. Lo que, cuando se habla de amor, suele significar que el reencuentro se produce de inmediato y de manera fogosa, sin importar si hay publico delante. Beso con lengua y lo que haga falta: “te puedes volver loco viendo los otros contratos que se han firmado en la liga” (Refiriéndose a las cifras mareantes que consiguieron Brock Osweiler y Sam Bradford). Lo que en otro idioma significa algo así como: ‘Perdona cariño, solo pensaba en mí, pero tú lo mereces todo. Y me he dado cuenta que daría lo que fuera por volver a tu lado’.
Por tanto, y visto el panorama, cada vez es más evidente que Fitzpatrick y los Jets están a punto de volver a pasear de la mano por la Quinta Avenida, y a celebrar picnics con mantel, mientras hacen manitas, en el césped de Central Park. Otra cosa será que el quarterback consiga mantener el buen nivel de juego que ha convencido a sus compañeros de que con él podrán aspirar a todo en la temporada 2016. La experiencia dice, y más en asuntos de amor, que las reconciliaciones más apasionadas suelen terminar con vuelo de platos, y no de ‘tazones’.
Aunque ¿por qué no seguir creyendo en la magia?