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AFC Sur desde dentro

La defensa de los Jaguars viaja de vuelta a los 80

Desde que Buddy Ryan inventó la defensa 46, muchos equipos han usado parte de sus ideas. Los Jaguars puede acercarse a su forma más pura en 2016

Madrid
La defensa de los Jaguars viaja de vuelta a los 80
USA TODAY Sports

Malik Jackson, Myles Jack, Jalen Ramsey, Tashaun Gipson, Prince Amukamara, el regreso de Dante Fowler… Es difícil poner a toda la NFL y su entorno de acuerdo, pero los Jacksonville Jaguars lo han conseguido. Hay consenso: su defensa puede convertirse en la más mejorada de la liga en 2016. Pero siempre hay pegas. Como ya le pasó con Pete Carroll en Seattle, Bradley va a tener que hacer funcionar su defensa 4-3 con una plantilla que parece más apropiada para un sistema 3-4. ¿La solución? Volver a un clásico: la defensa 46, o bear front.

Hagamos un poco de historia: a principios de los 80 Buddy Ryan, coordinador defensivo de los Chicago Bears, adelanta a su strong safety Doug Plank a la posición de los linebackers y coloca a sus dos linebackers exteriores sólo un paso por detrás de la línea defensiva y en el mismo costado de la línea de ataque. En una liga dominada por el juego de carrera, Ryan reta a sus rivales con una muralla defensiva de 8 jugadores que, además, se lanza al blitz con fiereza y desde distintas posiciones.

Plank lleva el dorsal 46 a su espalda, y este nuevo esquema, el bear front, no tarda en ser conocido por ese número. En 1985 Chicago arrasa en la NFL y su defensa entra en la leyenda. Ryan exporta después su sistema a los Eagles y los Houston Oilers, y aunque no logra el anillo el éxito es rotundo.

Desde entonces la liga ha cambiado, el pase domina sobre la carrera, pero si bien la defensa 46 no es el sistema principal de ningún equipo, muchos de sus conceptos siguen presentes en la liga. Los hermanos Ryan, Rex y Rob, los utilizan a menudo, a pesar de que sus defensas tienden a usar la 3-4 como base. No es ninguna sorpresa: son hijos de Buddy.

Pero si hay un equipo que ha utilizado los principios del bear front, y con éxito, ese es Seattle. ¿Kam Chancellor, el strong safety, jugando como si fuera un linebacker más? Herencia directa de Doug Plank. ¿La cover 3? El resultado de convertir a Earl Thomas, el free safety en un jugador banda-a-banda (es decir, que cubra todo el campo) y dejar a los dos cornerbacks cubriendo al wide receiver que juegue en su zona con marcaje individual. Igual que ocurría con la secundaria de Chicago en los 80. ¿Y Bruce Irvin, nadie tiene muy claro si linebacker o defensive end? Una copia modernizada de los dos linebackers pegados a la línea que ya inventó Buddy Ryan.

Que nadie se extrañe si Jacksonville plagia todos estos conceptos. Gus Bradley era el coordinador defensivo de Seattle cuando Pete Carroll implantó el sistema. Con los fichajes y elecciones del draft de este año, sin embargo, Bradley podría haber llevado un paso más allá el revival ochentero de los Seahawks. Poco a poco y en silencio, los Jaguars han reunido un grupo de jugadores que podrían aplicar la forma más pura del bear front desde que el mismísimo Buddy Ryan dejase la liga hace más de 20 años.

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Empecemos por la línea defensiva. Roy Miller será indiscutible en el nose tackle, que en esta defensa se alinea justo enfrente del center y es responsable de generar presión por el gap A, es decir, los dos huecos entre el center y los guards. A su lado, el otro defensive tackle se sitúa en el gap B del lado débil de la línea. Traducido: entre el guard y el tackle de aquel lado de la línea en el que no haya un tight end. Su misión: penetrar en el backfield rival para presionar al quarterback o parar la carrera en seco. Este será el puesto de un Malik Jackson que el año pasado fue uno de los mejores pass rushers interiores de la NFL.

También en el lado débil de la línea de ataque, y dos o tres yardas separado del offensive tackle, se sitúa uno de los defensive ends. En este sistema se le llama LEO, y aunque formalmente es un jugador de la línea, su rol y posición no es demasiado distinto del de un linebacker exterior en una defensa 3-4. Se aleja del tackle para tener una línea más recta hacia el quarterback y su misión es casi monotemática: placarle para conseguir el sack. Este será Dante Fowler.

El otro defensive end se sitúa frente al gap B del lado fuerte de la línea, y su misión en realidad es muy similar a la de Malik Jackson. Aunque se trata de un DE, en el fondo es otro jugador dedicado a presionar el interior del pocket. Los Jaguars tienen a dos híbridos entre defensive tackle y defensive end que encajan con la definición: Jared Odrick y Tyson Alualu.

Hasta aquí todo relativamente normal. Y también en la posición del mike, el middle linebacker: unas pocas yardas por detrás de la línea defensiva, y directamente opuesto al offensive tackle del lado fuerte de la línea. El puesto de Paul Posluszny. Su principal misión: parar al cualquier corredor que consiga superar la línea defensiva.

La diversión, los cambios, empiezan ahora. Tradicionalmente, los dos linebackers exteriores se sitúan a ambos lados del linebacker central. Uno en el lado fuerte de la línea de ataque, conocido como SAM, y otro en el lado débil, el WILL. En una defensa 46 estos dos jugadores se sitúan en el lado fuerte, y apenas un paso por detrás de la línea defensiva.

Uno de ellos, en el gap entre el offensive tackle y el tight end. Es el charley linebacker. Su principal misión es frenar una posible ruta del tight end. En principio, el puesto será para Telvin Smith. El otro, más allá del hombro exterior del tight end. Es el jack linebacker y es la navaja multiusos de la defensa 46. Lo mismo se une al blitz que se retrasa en cobertura. Es el puesto ideal para Myles Jack, del que todos los expertos draftniks alababan su polivalencia.

Una defensa NFL, sin embargo, es como una manta. Si la estiras para taparte la oreja estás dejando al descubierto un pie. En este caso, si pones a tus dos outside linebackers en un lado de la línea, estás dejando desguarnecido el otro. La solución, evidentemente, es adelantar al strong safety. Colocarlo a la altura del middle linebacker y directamente opuesto al tackle del lado débil de la línea. Marcarse un Doug Plank, vamos. Desde que lo eligieron en el draft de 2013, ese es el puesto en el que Bradley veía a Jonathan Cyprien. Un safety grande y que placa duro, pero flojo a la hora de elegir ángulos con los que acercarse a los atacantes. En una posición más adelantada ese defecto puede enmascararse.

Por eso, para poder convertir a Cyprien en una versión a lo pobre del Chancellor de Seattle, Bradley ha puesto tanto empeño en encontrar un free safety al que poder confiarle todo el ancho del campo, como hacía con Earl Thomas. Él cree haberlo encontrado en Tashaun Gipson. Y esa es la llave para aplicar en Florida la cover 3 con la que arrasaron los Seahawks.

La otra clave para que funcione es que los dos cornerbacks sean capaces de aplicar el bump and run. Es decir, de molestar lo suficiente a los wide receivers en las primeras cinco yardas como para modificar o retrasar su ruta. Si no lo consiguen, el quarterback lo tiene sencillo para escapar de la presión del front eight (que no seven, en este caso): pase rápido a la banda. Davon House, aunque irregular, dio señales de mejora el año pasado, y está acostumbrado a ese estilo de juego. A Jalen Ramsey se le supone un físico privilegiado y capacidad para cerrar su lado del campo.

Pero no hay defensa en la NFL que sobreviva todo un partido con su formación base. En situaciones obvias de pase será normal ver como desaparece uno de los linebackers y sale al campo una formación nickel con Amukamara como quinto defensive back. Aquí el interés estará en saber si será Amukamara el que cierre el slot, o Bradley aprovechará la polivalencia de Ramsey para convertirlo en una suerte de tercer safety. Y también hay expectación por ver si, poco a poco, Myles Jack sustituye a Posluszny en situaciones obvias de pase.

Por supuesto, que todos estos planes acaben en éxito dependen, mucho más que de la pizarra del entrenador, del rendimiento que los jugadores den en el campo. Si Fowler, Jack y Ramsey cumplen con lo que se supone que prometen, será más sencillo. Si alguno de ellos falla, o los agentes libres firmados a golpe de talonario no juegan al nivel demostrado en otros equipos, es hora de abrir las apuestas sobre quién será el próximo head coach en Jacksonville.