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GRAN FICHAJE

Nationals hacen una arriesgada apuesta con Strasburg

La franquicia capitalina acuerdan con su pitcher, que iba a ser agente libre tras este año, una ampliación de siete años y 175 millones de dólares.

Con su nuevo contrato, Stephen Strasburg continuaría con los Washington Nationals hasta 2023.
Mitchell LaytonAFP

Hace escasos minutos, hablaba con Fernando Kallás sobre los salarios que perciben algunas de las más rutilantes estrellas de las Grandes Ligas y el aliciente que supone eso y conservar la cabeza en la medida de lo posible,e en contraposición de lo que ocurre en otras disciplinas deportivas. Con eso, no supone que cualquiera pueda triunfar y percibir esos mastodónticos contratos, pero sí tienes éxito o potencial para ello, tu momento llegará más pronto que tarde…

Y eso que no conocía a Stephen Strasburg.

Según afirman distintas fuentes, el pitcher diestro de los Washington Nationals y la franquicia capitalina habrían llegado a un acuerdo por siete temporadas y 175 millones de dólares, asegurándose el club la parte central de su estelar rotación durante muchos años más… o al menos hasta que Bryce Harper llegue a la agencia libre tras la campaña de 2018.

Dicho contrato estipula que podría ejecutar una cláusula de escape tras el tercer o cuarto año, suponiendo que podría valorar la agencia libre en ese momento si todo marcha sobre ruedas hasta ese instante o seguir vinculado a los Nationals si vuelve a tener problemas de lesiones. También existen bonus por superar los 180 entradas cada año.

Con este contrato, Strasburg iguala el de Félix Hernández con los Mariners como el sexto más alto entre los pitchers de las Grandes en toda su historia.

Stephen Strasburg fue el primer jugador escogido en el draft de 2009, siendo uno de las promesas más interesantes que habían surgido a través de la universidad o el instituto en muchos años. No obstante, todo ello era muy cierto hasta que un año más tarde, Bryce Harper le sucedía en tal honor.

Desde sus tiempos con San Diego State, fue considerado como un talento especial, alguien que iba camino de reescribir los libros de historia de este deporte o algo por el estilo. Aunque su debut en 2010 fue extraordinario, tal hecho no llegó a suceder y Strasburg tuvo que someterse a la temida operación reconstructiva Tommy John esa misma campaña. Su momento de grandeza tendría que esperar.

Tras el clásico período de rehabilitación, llegaría el momento que posiblemente haya marcado la trayectoria de Stephen en las Grandes Ligas, la campaña de 2012 y la ‘regla Stephen Strasburg’, la cifra marcada a fuego (y puede que incluso a sangre) en la que el pitcher no podría superar las 160 entradas bajo ningún concepto tras recuperarse de esa cirugía. Ya se conoce la historia. Strasburg llegó a esa cifra, los Nationals renunciaron a contar con su mejor pitcher y perdieron en la primera ronda de los playoffs.

Si algo también le ha caracterizado ha sido su paso por la lista de lesionados. Un total de seis veces a lo largo de su carrera y sólo en una ocasión ha llegado a superar las 200 entradas, sinónimo de pitcher de primerísimo nivel o condición indispensable para ser considerado como tal. O el hecho de que sólo ha completado ocho entradas en nueve ocasiones a lo largo de las 139 salidas en su carrera.

Con 28 años por cumplir, un arsenal de ensueño en todos los sentidos, que es lo que tiene a su disposición este pitcher y, una trayectoria de potencial dominio sin igual, todo indicaba que llegaría a la agencia libre y pastos muy verdes, puesto que su agente es el famoso Scott Boras. Y que nadie tenga duda alguna, si Strasburg hubiese llegado a ella, la cifra hubiera sido incluso mayor.

Sin embargo, lo que sí hace los Nationals y, al contrario de lo que podía parecer, es mantener la columna vertebral del club hasta la llegada de Harper a la agencia libre, y su ventana de oportunidad se ampliará hasta 2018 como mínimo.

Y eso sin contar el papel cada vez mayor que desempeñarán jóvenes talentos sobre la loma como Joe Ross o Lucas Giolito, la mayor promesa del club para la rotación.

Nadie puede negar que Stephen Strasburg es un talento sublime, uno que siempre entra en las quinielas para hacerse con el premio Cy Young cada año, pero que no ha alcanzado el nivel de excelencia de los Kershaw, Arrieta, o incluso su compañero de equipo, Max Scherzer. Esa es la gran apuesta (y el riesgo) que corre el club.

Si todo transcurre como se espera, lo que nos garantiza esta ampliación de contrato es que la agencia libre tras el 2016 pierde uno de sus grandes atractivos, el clásico jugador por el que múltiples equipos protagonizarían una tremenda lucha cuerpo a cuerpo. La offseason para la campaña que viene se acaba de convertir en una bastante más aburrida sin él.