Los Cowboys estudian a QBs de segundo día en el draft
Dallas ha organizado entrevistas privadas con Paxton Lynch y Christian Hackenberg en lo que es una señal clara de que buscan pasador.
Decía ayer Mariano Tovar que los Cowboys tienen que elegir a un QB con el número cuatro del draft. En Dallas aún no deben tener claro ese extremo, pero lo que seguro que tienen claro es que necesitan a un sucesor de Tony Romo y que este año es el indicado para llevar a cabo ese trámite. Lo que pasa es que igual acaban decidiendose por hacerlo en el segundo día del draft, en las rondas segunda o tercera.
Sólo así se entiende el hecho de que esta misma semana hayan tenido reuniones privadas, sesiones de trabajo y evaluación sin ningún otro equipo presente, tanto con Paxton Lynch como con Christian Hackenberg.
Paxton Lynch es el QB de la universidad de Memphis. Es un jugador de gran físico, móvil y líder absoluto de su equipo, considerado como el tercer mejor pasador de la camada, sólo por detrás de Jared Goff y Carson Wentz. Dallas tiene la elección número 34 de este draft, tercera de la segunda ronda, y podría darse el caso de que Lynch estuviese libre a esa altura del proceso.
Christian Hackenberg, por su parte, ha jugado para Penn State. Es un QB de molde clásico, lento en el pocket y con un brazo de gran calibre, ideal para jugar detrás de una linea como la de los Cowboys y sin grandes cosas que aprender de los sistemas de la NFL, en los que ha jugado siempre. Ha tenido una carrera universitaria de más a menos y no está muy bien considerado pues se estima que sus defectos superan a sus virtudes. Además, en las entrevistas de la Combine dejó un regusto amargo al señalar a su actual entrenador, James Franklin, como el causante de su mal juego, que cayó en picado tras la marcha de Bill O'Brien, su primer técnico, a los Houston Texans. A nadie le gusta ver a un chaval culpar a otros de sus resultados.
Pero es más que posible que esté disponible en la elección 67 de tercera ronda, que pertenece a los Cowboys, de ahí que estén evaluandole con lupa.
Dallas tiene que explorar todas las opciones, está claro, para que su trabajo en el draft sea lo mejor posible. Tienen que tener la puerta abierta para elegir en el cuatro y, en caso de decidirse por alguna de las estrellas defensivas de este draft, que las hay y muy buenas, o ante el temor de que alguien les arrebate el QB de sus sueños con las tres primeras elecciones, tener una red de seguridad para más adelante, en segunda y tercera ronda.
La franquicia vivió una pesadilla la pasada campaña con las lesiones de clavícula de Tony Romo. Todo lo que pusieron en su lugar fracasó con estrépito y, con él, el equipo como conjunto. No quieren verse avocados de nuevo a esa circunstancia y por eso parece claro que, este año sí, los 35 años de Romo tendrán a un chaval prometedor sentado detrás de ellos. Hagan lo que hagan, decidan lo que decidan, van a ser una de las claves, una de las historias, de este año en el draft y los QBs.