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Dallas Cowboys

Los Cowboys deben elegir un quarterback con su pick 4

A Tony Romo difícilmente le quedan más de dos temporadas en la élite y no es previsible que los Cowboys vuelvan a tener una elección tan alta en primera ronda.

Madrid
Brandon Weeden y Matt Cassel no fueron buenos sustitutos para un Tony Romo que prácticamente terminó inédito la temporada 2015.
MIKE STONEAFP

Tony Romo tiene 35 años, la espalda hecha un ocho, cuatro roturas de clavícula y un talento descomunal. Y precisamente por eso los Dallas Cowboys deben aprovechar su cuarta elección global para elegir un quarterback. El debate no debe estar en la posición, sino en el nombre. ¿Debe ser Goff o Wentz?

Los Titans no van a usar su número 1 para elegir un quarterback. Ni siquiera un OT que realmente no necesitan. De hecho, están como locos por colocarle el caramelo a otro pardillo y bajar con alguna elección de propina en el zurrón, aunque no parece que nadie les compre ese caramelo. Muchos analistas siguen apostando por que Hue Jackson elegirá a Wentz con su pick 2, pero sería algo absurdo habiendo fichado a Roger Griffin III y manteniendo a Josh McCown. La continuidad de este último, al que muchos pronósticos auguraban un despido inmediato en las horas posteriores al fichaje de RG3, es un síntoma de que la posición está cubierta y el objetivo es reforzar otras carencias. Los terceros en discordia, los Chargers, no elegirán quarterback en ningún caso.

Es complicado imaginar que los Dallas Cowboys puedan volver a acercarse a la parte alta del draft en los próximos años. Lo de 2015 debe considerarse un accidente. Su plantilla, con Romo sano, tiene calidad suficiente para seguir aspirando a playoffs en 2016, y más en una división que seguirá siendo convulsa.

Por eso deben aprovechar ese regalo inesperado para elegir un posible quarterback franquicia que en condiciones normales difícilmente les podrá llegar en el futuro con elecciones medias o bajas de primera ronda. Además, Romo sano nunca será cuestionado por los aficionados o los medios de comunicación, y Wentz o Goff podrán formarse sin prisas (como pudieron hacer los Packers con Aaron Rodgers), para alcanzar la titularidad en un par de años, que es el tiempo que le debería quedar en la élite a un Tony Romo lleno de achaques.

En el peor de los casos, una nueva epidemia de lesiones de Romo no traería como consecuencia un lamentable desfile de impostores salidos de los más profundo de la agencia libre tardía, como sucedió el año pasado. El pasador rookie que fuera elegido, simplemente tendría que asumir desde el primer año el papel habitual de un quarterback seleccionado en lo más alto del draft.

Los Cowboys tienen nueve elecciones este año. Con su segunda, tercera y cuarta rondas altas pueden reforzar su defensa si se mueven con habilidad. Otra cuarta abaja y hasta seis elecciones de sexta ronda servirían para dar la profundidad que necesitan en el grupo de receptores y otras posiciones. Pero solo pueden encontrar al posible relevo de Tony Romo con su pick 4 global, e incluso si la jugada no les saliera redonda, y el jugador elegido no alcanzara las expectativas, el tropezón no sería tan grave como para marcar el devenir de la franquicia en los próximos años.

Los Cowboys deben elegir un quarterback con su pick 4. El riesgo vale la pena y difícilmente se verán en otra igual. En la NFL, como en la vida, trabajar pensando en el medio plazo casi siempre es una muy buena idea. No todo el mundo tiene la oportunidad de hacerlo y una decisión así demostraría que las cosas en Dallas de verdad están cambiando.

Veremos.