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Boxeo

Rodríguez Cal: "La medallina me abrió la puerta de Ensidesa"

En los Juegos Olímpicos de 1972 ganó la única medalla de la delegación española. Hoy han sido homenajeados en en Comité Olímpicos español.

Enrique Rodríguez Cal, sonrisa eterna
jesus rubioDIARIO AS

Una amplia representación de los casi 250 olímpicos españoles en los Juegos Olímpicos de 1968 y 72 fueron homenajeados hoy en el Comité Olímpico Español. Entre las cuatro ediciones (dos de invierno y dos de verano), los españoles sólo lograron dos medallas, el oro del llorado Paco Fernández Ochoa, y el bronce del boxeador asturiano Enrique Rodríguez Cal, en Múnich: “Ya era un sueño ir a los Juegos, subir en el avión con todos aquellos deportista. La medalla, ni por asomo”.

Llegó la competición, el minimosca ganaba y ganaba, y le tocó en suerte un cubano, “Carbonell, que ya había estado en México, y que era un gran boxeador, el favorito, y además de una de las zonas más potentes del boxeo aficionado”. Pero ganó Rodríguez Cal: “Posiblemente aquel haya sido el mejor combate de mi vida. Una pelea muy igualado, 3-2 para mi, para el más bajito de la delegación”.

Y aquel bronce de alguna manera cambió su vida: “En Candás y en Aviles nos conocemos todos, y la medallina me dio un puesto de trabajo en Ensidesa, con lo que pude alimentar a mi familia”, porque Enrique (1951) ya era padre en Múnich “y abuelo a los 39”. Dice que él siempre, lo dice, que está agradecido al boxeo, a representar a España, aunque como él no es futbolista "pues apenas hablo en los periódicos".

Dice que no ganó mucho en el boxeo porque pasó muy tarde al terreno profesional: "Treinta peleas, más o menos, y eso, si no eres una estrella, no te da para vivir del boxeo. Un dinerello para tener guardado por si acaso, unos ahorrillos, nada más". Para la foto quiere posar y que se le vea bien, "que luego la gente se piensa que los boxeadores están todos pirados", pero en el caso de este asturiano se nota que no, que es serio y divertido, y que valora lo que tiene, lo que ha conseguido y se emocionó por momentos al estar delante de todos en el salón de actos del CSD, donde los que fueron sus compañeros de generación olímpica aplaudieron a rabiar a este asturiano de metro y medio de estatura y de corazón gigante.

Con él estaban nombres legendarios del imaginario deportivo español: Mariano Haro, Sola, Garriga, Pipi Areta, Sánchez Paraízo... (atletismo); Esteva, Mari Paz Corominas, Chicoy.. (natación); Pedro Amat (hockey hierba); Aurelio García (esquí); Miguel Medina, Perramón, López Balcells, Caballero... (balonmano); Rullán, Iradier, Vicente Ramos, Gonzalo Sagi Vela (baloncesto); Tamames, Luis Zubero, Nemesio Jiménez (ciclismo); Herminio Menéndez (piragüismo); Durán (boxeo); Ginés, Ugarte (gimnasia)...
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