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SINCRONIZADA

La debacle de la sincronizada reabre el caso Anna Tarrés

Desde su despido en 2012 el equipo ha caído hasta cuatro puestos y se ha quedado fuera de los Juegos Olímpicos de Río.

El equipo de sincro.
Matthew StockmanGetty Images

La natación sincronizada se está convirtiendo en un deporte autodestructivo desde que Fernando Carpena, presidente de la Real Federación Española de Natación (RFEN), tomó la decisión de despedir a Anna Tarrés en septiembre de 2012. Tres años y medio después, el equipo de sincro, que en los Juegos de Londres fue plata (dúo) y bronce (equipo), solo acudirá a Río con un dúo formado por Ona Carbonell y Gemma Mengual (38 años) que parte en quinta posición, y sin la participación del equipo, actualmente séptima potencia del mundo tras Rusia, China, Ucrania, Japón, Italia y Canadá.

La fotografía de la debacle contrasta con la alegría de Tarrés, quien ahora se encarga de las coreografías de Ucrania y en este Preolímpico ha logrado superar a Japón, selección que, seis meses antes, había estado por delante en el Mundial de Kazán. La exseleccionadora, para más inri, retuiteó entre el domingo y el lunes varias decenas de mensajes que ensalzaban su trabajo en el país del este de Europa y destacaban el fracaso español. “Es simplista decir que esto es porque no está Tarrés. El grupo y el contexto no son los mismos. Eso son especulaciones”, aseguró Carpena a AS.

A esta guerra que acabó en su día en los juzgados con victoria de la exseleccionadora (la RFEN le tuvo que pagar 388.000 euros más intereses), se sumó la opinión de la exnadadora Thais Henríquez, que en 2013 afirmó que “ya era hora mi querida Tarrés que alguien te describiera como eres, y no como sueñas ser. No más mentiras”, citando un artículo que tildaba a la entrenadora de narcisista. Ahora, en cambio, arremete contra la RFEN: “Se prescindió de Tarrés, y ahora está con Ucrania a punto de hacer historia con un bronce olímpico (...). Ningunearon y despreciaron a Mayu (Mayuku Fujiki, extécnica española), y ahora lucha por el oro con China. Esto es España, han destrozado todo por lo que muchas entregamos la vida”, publicó ayer en Twitter. Asimismo, añade que “no deberían pasar desapercibidas las retiradas de cuatro componentes del equipo olímpico 2012”.

¿Por qué España ha caído tan rápido? Ya en 2011, con Tarrés aún al mando, la sincro vio como China le superaba como equipo. Pero la caída se aceleró tras el Mundial de Barcelona, en 2013. AS contactó con una jueza olímpica que explicó que “antes no había un nivel tan igualado. La experiencia y el talento son clave. Algunas selecciones gustaron más que España”. La gestión tras ese 2013, marcada por el relevo generacional, el cambio de normativa y una manera de entrenar “diferente”, no ha dado sus frutos: “Los jueces nos dijeron que debíamos mejorar en ejecución”, apuntó la directora técnica, Ana Montero.

Gemma Mengual está “orgullosa de las nadadoras y el equipo técnico, a pesar de que haya gente que intente aprovechar la situación”. Y hasta Ona Carbonell escribió: “Los resultados son una decepción, pero nos levantaremos más fuertes”.

Incluso Alejandro Blanco, presidente del COE, definió el momento como “un día duro”.