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WASHINGTON REDSKINS

Los Washington Redskins despiden a Robert Griffin III

El quarterback llegó a la franquicia en el draft de 2012 como el gran salvador, el gran icono, de la misma. Hoy se consuma un gran fracaso.

Robert Griffin III con los Washington Redskins.
Patrick McDermottGetty Images

No por ser esperado deja de ser noticia: los Washington Redskins han cortado a Robert Griffin III. El quarterback acaba su periplo en el equipo que le drafteó con una abundante sensación de fracaso por todas las partes.

Este final estaba anunciado desde que la temporada pasada los Redskins extendieron su contrato rookie un quinto año por 16 millones de dólares, que se harían garantizados al inicio de la temporada 2016. Tal y como están las cosas, con el jugador caído en desgracia y Kirk Cousins establecido como titular en el puesto de QB, el corte, el despido, era inevitable.

RG3 fue antes un póster, una promesa, que un jugador de Washington. Antes siquiera de coger el balón por primera vez con el uniforme de los Redskins ya era el ídolo de toda la afición. El equipo puso toda la carne en el asador para conseguirle; le dieron a los Saint Louis Rams la increíble cantidad de tres primeras rondas y una segunda para poder elegir en el #2 del draft y hacerse con Griffin.

Y lo cierto es que el inicio, el año 2012, fue espectacular. Rookie del año y con la vitola de ser un tipo capaz de cambiar este juego. Pero una lesión de rodilla, gravísima, comenzó una cuesta abajo que alcanzó una velocidad entonces impredecible. Nunca volvió a tener el físico con el que epató de inicio en la NFL, su relación con el que era su entrenador, Mike Shanahan, se emponzoñó y se filtraron historias de su mala relación en el vestuario.

Toco fondo tras la llegada de un nuevo entrenador, Jay Gruden, que acabó apostando por Kirk Cousins, movimiento que contó con el beneplácito del dueño de la franquicia, Daniel Snyder. Esto no es poca cosa pues en todo el enfrentamiento de RG3 con el Su Sum Corda de Washington el apoyo de Snyder fue su gran bastón y escudo, todo a la vez.

Así que lo cierto es que tanto el jugador como la franquicia han de respirar aliviados por este final. No porque no suponga un fracaso para ambos, que lo supone, como he dicho antes, sino porque les permite mirar al futuro con otra perspectiva. los Redskins pasan página de un error histórico, pero con un equipo sólido y fiable, con ilusión, mientras que el jugador llega a una agencia libre donde, no me cabe duda, tendrá una nueva oportunidad en la liga. Que la aproveche o no está por ver, pero lo que es seguro es que, si no lo hace, será la última.