Su esencia: la afición más grande de toda la MLB

Tiene fama Toronto de ser una afición poco fiel y apasionada con sus Blue Jays, pero hay que entender que se han tirado más de dos décadas siendo una calamidad y eso vacía el estadio de cualquier equipo del mundo. De cualquier deporte. Sin embargo, hay algo que se dice de los seguidores de los Blue Jays y que, aunque suene a broma, es verdad: tienen la mayor afición de la MLB. Y eso es porque tienen detrás a casi todo un país. Desde que Montreal perdió su franquicia profesional de béisbol, que se convirtió en los Washington Nationals, la gran mayoría de aficionados al deporte en Canada, y no son pocos, centraron su pasión y su apoyo en los de Toronro. El año pasado pudo verse.

Propietario: Rogers Communication ***

Los Toronto Blue Jays no son propiedad de una persona, o un grupo de ellas, sino de una empresa, Rogers Communication. Se trata de uno de los grandes gigantes de la telecomunicación canadiense, con diversas secciones, radios, televisiones... además, es parte esencial del mundo del deporte en Toronto.

Manager general: Ross Atkins **

La llegada de Ross Atkins al puesto de general manager de los Toronto Blue Jays es una de las historias más extrañas del año en la MLB. En el 2015 el equipo consiguió meterse en playoff, cosa que no conseguía desde el año 1993, y no faltaron los elogios al constructor de la plantilla, Alex Anthopoulos. Es lógico, el antiguo general manager consiguió formar el mejor ataque de la liga y arrancó un traspaso estupendo por David Price que los convirtió en el mejor equipo en la segunda mitad del año. Sin embargo, discrepancias ‘filosóficas’ con el nuevo presidente le hicieron renunciar a su puesto en diciembre. Para sustituirle llegó Ross Atkins, cuya papeleta no es fácil.

Entrenador: John Gibbons ***

Gibbons está en su segunda época como entrenador de los Blue Jays. Ya dirigió a Toronto entre los años 2004 y 2008. Su paso por la franquicia estuvo marcado por su carácter, por algunas controversias con jugadores, y por la incapacidad para hacer crecer a un equipo que parecía condenado a ser secundario durante toda su existencia. Pero tras foguearse por otros equipo, en el año 2013 fue contratado de nuevo en Toronto. En esta ocasión, ya más estabilizado y consciente de sus fortalezas y debilidades como entrenador, ha sido capaz de dar en la tecla correcta para convertir a su equipo en una máquina de anotar carreras, en cantidades industriales, respecto a sus rivales.

Su gran estrella: Josh Donaldson

Donaldson consiguió el MVP de la Liga Americana la pasada temporada con todos los honores. Se salió, literalmente. No es fácil que repita los mismos números extraterrestres pero, aunque baje un poco, seguirá siendo uno de los jugadores más especiales de la MLB.

Estrella ofensiva: José Bautista

Hay momentos, instantes, en la vida deportiva de un profesional que quedan grabados en las franquicias como iconos imborrables. Es más que una victoria, más que un título. José Bautista ha sido muy querido en Toronto, y es uno de sus grandes bates. Pero el año pasado en playoffs consiguió algo más: un instante para la historia. Fue en el quinto partido de las Series de División contra los Texas Rangers, en el quinto partido; con el ambiente en absoluta ebullición por una supuesta injusticia arbitral (no lo era), el campo lleno de vasos de cerveza, el juego parado veinte minutos, en la séptima entrada, con la eliminación a la vuelta de la esquina, con compañeros en base... José Bautista enganchó el home run de su vida y un bat flip monumental.

Pitcher estrella: Marcus Stroman

Marcus Stroman tiene sólo 24 años, 25 durante esta temporada, y es la gran esperanza de la rotación de pitchers titular de los Toronto Blue Jays. Tras la marcha de David Price se ha quedado evidentemente coja, sin una gran estrella y con jugadores de media tabla a los que tienen que salirles las cosas muy bien para alcanzar los números que necesita el equipo para competir. El único de todos ellos con el potencial para ser realmente grande, a estas alturas de su carrera, es Stroman. El año pasado sólo fue titular en cuatro partidos, pero los ganó todos con un ERA demencial de 1.37. Nadie le va a pedir tamaña barbaridad, pero sí que se convierta en el líder indiscutible de la rotación. Porque el ataque sólo no va a ganar los partidos.

Rogers Centre: Un adelantado a su tiempo

El antiguo Skydome era el estadio de moda cuando se estrenó en 1989, con un techo retráctil y el marcador más grande que uno podía ver, causando sensación en la Liga. Hoy se le ve más como una vieja gloria futurista de los 80 pero no deja de ser un parque ideal para disfrutar de un bonito domingo soleado en el downtown. Incluso hay un hotel dentro con 350 habitaciones (70 mirando al campo). La pega es el terreno de juego. Este año han instalado un infield nuevo, pero el césped es motivo de queja de muchos.

Paraíso para bateadores.

Las medidas están por debajo de la media de la competición pero la distancia a izquierda y derecha invita a intentar sacarla de campo. Aquí se producen muchos hits de bases extra, resultado de la hierba artificial.

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