El Dragón abrasa a una pobre Francia y reta a Inglaterra
Gales, que queda como aspirante al título, superó sin muchos apuros, 10-10, a un Gallo sin ideas y que evidenció estar lejos del título
A Francia se la veía venir. Ganó a Italia de forma muy pobre en París, derrotó a una Irlanda fundida con acciones al límite y más efectividad que juego... y cuando se topó de frente con un rival de verdad (Gales) naufragó. Aguantó lo que pudo y en ataque no ofreció más que empeño durante un cuarto de hora en el que ya no le quedó más remedio. Novès lleva tres jornadas probando jugadores, pero el problema es estructural, está en el propio rugby francés, tal y como demuestra una Liga que sostienen los contratos millonarios de las estrellas extranjeras en la mayoría de clubes. Gales es todo lo contrario. Sus franquicias no brillan en Europa pero sus jugadores se conocen de memoria, en defensa son como un muro de hormigón y en ataque lo fía todo a la genialidad de Gareth Davies y a la fuerza bruta (que no técnica) de sus tres cuartos.
Quiso el destino que el partido se jugara el mismo día que arrancaba el Super Rugby, el torneo del Hemisferio Sur, ejemplo de juego abierto, veloz... De lo visto horas antes con los equipos neozelandeses o los propios Jaguares argentinos, a la primera mitad del Principality dista un abismo. Fue un primer tiempo muy pobre. Gales al menos tenía interés, pero Francia podía frenarle tras muchas fases. Biggar pasó dos golpes de castigo y Plisson, que lo había intentado antes desde 48 metros, recortaba diferencias antes del descanso (6-3). Gareth Davies se marcó un slálom, preludio de lo que vendría después.
Ya en la segunda parte Biggar incrementó la renta y la jugada clave llegó poco después. Jugada abierta y Jonathan Davies pega una patada rasa y profunda que North, en semifallo, logra acabar posando. Ensayo. A Francia, con el 16-3, no le quedaba más remedio que intentar uno y después de tres mauls al límite de la guarida del Dragón, vio como sus esfuerzos se esfumaban. Un cuarto de hora bregando para morir en la orilla. Gales logró salir de la presión y el partido bajó una marcha. La clave estuvo en el fallo de Plisson.
Tanto rato para romper la línea local y cuando lo logró el apertura dio un pase que robó North. Desde ese momento se deshinchó el Gallo. Biggar pasó otro golpe y en el último suspiro, de nuevo por amor propio, acabó posando el oval Francia por medio de su capitán Guirado. Victoria de Gales, que espera ahora que Irlanda le eche una mano dando la sorpresa en Twickenham. Si no, el duelo de dentro de 15 días pondrá el título en juego entre el Dragón y el XV de la Rosa. Francia, a lo suyo. Se le cayó el maquillaje de los números, debe pasar por el taller y saber donde está el problema. No tiene alma ni tampoco ideas. Por mucho que ganase a la campeona Irlanda.