Si ves la Combine de la NFL es que no tienes vergüenza
Todo aquel que es alguien en la liga se encuentra esta semana en Indianapolis para uno de los espectáculos más extraños de la temporada.
Hace algunos años me vi a mí mismo, un sábado por la tarde de febrero, tirado en el sofá y viendo la NFL Network. La tele mostraba imágenes de muchachos con ropa deportiva, todos de la misma marca, corriendo 40 yardas. Uno tras otro. Decenas de ellos. El espectáculo me estaba interesando pero me sentí ruborizar cuando pasó mi mujer por delante de la pantalla, puso cara extraña, me miró y dijo: "¿pero qué estás viendo?". Quise explicarle lo que era, quise, de verdad, decirle lo que estaba pasando y porqué me interesaba, pero a medio camino tartamudee y ella aprovechó para sentenciar: "no tienes vergüenza".
Y creo que tenía razón.
Estaba viendo la Combine, claro. Uno de los espectáculos deportivos más extraños e incomprensibles para quienes lo ven desde fuera. Algo así como ver a alguien jugar al mus sin que nadie te explique las reglas y el significado de las frases hechas. Dado que, si estáis leyendo esto, se supone que sois seguidores de la NFL voy a tratar de explicaros porque me apasiona. Espero tener mejor suerte que con mi mujer.
La Combine de la NFL es un acontecimiento en el que se invitan a los 332 mejores aspirantes a ser elegidos en el draft. Dura toda una semana y se celebra en el Lucas Oil Stadium de Indianapolis.
El objetivo es conocer lo más a fondo que se pueda a los chavales para que los equipos decidan cuales les interesan y cuales no. Con a fondo me refiero a a fondo. Se les mide la altura, el peso, el tamaño de las manos, de los brazos. De la misma forma, se les hacen pruebas para comprobar su velocidad, agilidad, explosividad, capacidad de salto y fuerza. Pero, además, se les hacen test de inteligencia y de personalidad, además de someterles a ruedas de prensa en las que, aunque parezca inocente, se les está evaluando en su respuesta ante las cámaras y la presión de las preguntas de los periodistas.
Dura una semana. Desde hoy mismo los jugadores van llegando a Indianapolis y pasando las primeras pruebas, los primeros exámenes. Desde el punto de vista del espectáculo televisivo, lo mollar comienza el viernes. Ese día los hombres de la línea ofensiva y los runningbacks saltan al emparrillado a completar sus ejercicios. El sábado es el turno de los quarterbacks, receptores y tight ends. El domingo los tipos de la línea defensiva y los linebackers. Y el lunes los de la secundaria.
Es esta parte la más divertida, si es que sois de los que no tenéis vergüenza en disfrutar de esto. Desde el viernes y hasta el lunes horas y horas y horas de análisis, debate y chachara general sobre quienes merecen ser primera ronda y quienes no, sobre quienes tienen una pinta bárbara y pueden ser las grandes superestrellas del mañana en la NFL.
Pero eso no significa que sea la parte más importante. Es probable que las reuniones privadas lo sean. Y, más aún, es presumible que los equipos usen la Combine para todo tipo de negocios que nada tienen que ver con el draft. A fin de cuentas todos, y digo todos, los equipos están representados en Indianapolis con sus general managers, entrenadores y equipos de ojeadores y, por eso mismo, todos los agentes, de los chicos que se presentan al draft y también de los jugadores de la liga, están presentes para cerrar más de un acuerdo.
El espectáculo no ha dejado de crecer en los últimos años hasta ser imprescindible en el proceso del draft. No es que sea más importante que los partidos jugados en la universidad por los chavales, porque no, pero tampoco es tan irrelevante como algunos parecen creer. Y, a nivel televisivo, nos ha conquistado a muchos. El despliegue de medios es total, pues sólo la Super Bowl supera a la Combine en concentración de periodistas acreditados, y yo diría que lo mismo se podría decir en cuanto a textos y análisis que salen de este evento.
Así que, no, no tengo ninguna vergüenza en reconocer que un acontecimiento deportivo que consiste en un grupo de chicos corriendo y saltando sin sensación de competición entre ellos me divierte enormemente y se me hace esencial para disfrutar de uno de mis momentos favoritos de todo el año: el draft de la NFL. Igual eso significa que no tengo vergüenza, cosa que admito, pero igual si lo probáis os pasa lo mismo que a mí.