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Balonmano

Eduard Coll dimite como presidente de la Liga Asobal

La Junta General no llegó a discutir el pago al ya expresidente de una comisión por el contrato de dos millones de euros firmados con Movistar

Actualizado a
De izquierda a derecha, Eduard Coll, Miguel Cardenal, Presidente del Consejo Superior de Deportes, Bart Ginneberge, Director General de BAUHAUS en España, y Francisco Blázquez, Presidente de la Federación Española de Balonmano.
DIARIO AS

Eduard Coll presentó su "dimisión irrevocable" a seguir en la presidencia de la ASOBAL, puesto que ejercía desde septiembre 2012 cuando, además, era el directivo responsable de la sección de balonmano del Barcelona. Coll aseguró que su dimisión se debe a "la falta de confianza y las actitudes desafortunadas de algunos clubes que militan en la Liga".

La dimisión se ha producido esta mañana en la asamblea general ordinaria de los clubes celebrada en Barcelona, a la que acudió Coll con el anunció preparado, sin dar opción alguna a que hubiese un debate o que se le tratase de convencer para seguir en el cargo. "Cierro mi etapa como Presidente de ASOBAL con la satisfacción de haber cumplido con dos objetivos prioritarios: el saneamiento de las cuentas de ASOBAL y la consecución de unos ingresos extraordinarios e históricos para ASOBAL", afirmó Coll.

Sin embargo, detrás de las palabras del presidente se esconden unos intereses económicos que no están ajenos a esa desconfianza en la que se escuda Eduard Coll, que en la temporada anterior logró recuperar el patrocinador para la Liga, la firma BAUHAUS, y en esta temporada ha firmado con Movistar un acuerdo por tres temporadas para que se televisen los encuentros de la Liga, y que representan algo más de dos millones de euros para unos equipos que estaban pagando para producir sus partidos. Parece ser que en los últimos meses se habrían producido serias discrepancias en la Comisión Delegada de la Liga, en la que Coll habría insinuado la posibilidad de ser remunerado por esta gestión económica, que sus compañeros habrían rechazado, y que hoy no se ha llegado a exponer a la asamblea. Lo peor de su labor en este tiempo tal vez hayan sido sus desencuentros con Paco Blázquez, presidente de la Federación Española.