Bengals-Steelers, un Wild Card salvaje en la AFC
Si el primer duelo entre ambos equipos fue la Guerra Mundial, y el segundo la Guerra Atómica, el tercero será la Guerra de las Galaxias
Olvidaos de lados oscuros y fuerzas rebeldes. De guerreros Sith y caballeros Jedi. Afilad vuestras espadas laser. Engrasad vuestros droides. Confirmad que vuestra X-Wing ha pasado la ITV. La Fuerza ha despertado. Y no será un despertar placentero cual mañana dominguera, sino similar a cuando te saca de lo mejor de la siesta una llamada de promoción telefónica. El cabreo lleva a la ira, la ira lleva al odio, y el odio se muestra en su forma más agresiva cada vez que Bengals y Steelers se ven las caras. Lord Burfict contra Darth Harrison. La Resistencia de Villanueva contra las Tropas de Asalto de Dunlap. Dalton con dedo biónico. Williams con tobillo mecánico. La Batalla de Endor reducida a simple discusión vecinal en comparación.
Pero antes de hablar del Capítulo III, hagamos un breve recordatorio de los I y II. En el primero, la alianza de Dalton y los suyos se impuso contra pronóstico en la luna de Heinz-Field, dando un golpe prácticamente definitivo a la división y generando dudas entre las fuerzas acereras. Fue una batalla cruenta, con bajas significativas por ambos bandos, siendo la más importante la del comandante Leveon Bell en los de negro y amarillo. Desde casi el pitido final de aquel encuentro, twitts amenazantes y declaraciones provocadoras surcaron la galaxia social clamando venganza. El capítulo II sólo podía ser un baño de sangre. Esta vez, la flota imperial del general Roethlisberger, ya recuperado de la lesión que le impidió rendir al máximo el capítulo anterior, masacró a los atigrados en su propio planeta. Una derrota aún más dolorosa para los de naranja y negro, que en una jugada desafortunada perdieron al almirante Dalton.
La batalla que nos encontraremos la madrugada del próximo sábado al domingo será muy diferente, pero no por ello menos intensa. La más que probable presencia de McCarron guiando las huestes bengalíes condiciona mucho su ataque. Su inexperiencia limita la variedad del fluido juego ofensivo ideado por Hue Jackson, debiéndolo fiar en exceso a la productividad de la carrera (parece que Hill está empezando a funcionar), la calidad de A.J. Green consiguiendo atrapadas imposibles, y la eficacia de Eifert en la end-zone... si consiguen llegar a zonas próximas a la anotación, porque su principal problema está siendo mover las cadenas.
Conscientes de esta debilidad, es de suponer que los Steelers plantearán su defensa forzando a McCarron a tomar más responsabilidades. Cerrar la carrera interior para forzarle a pasar, y confundirle con disposiciones zonales, presión desde los linebackers exteriores o mediante blitzes. Saben que no tienen que ser perfectos. No se les pide que ganen el partido, sino contener al rival a una distancia razonable para su poderosa ofensiva. Con Roethlisberger a los mandos, el ataque promedia 26 puntos, y éste es el margen de seguridad que tienen.
Sin embargo, la prolífica ofensiva acerera parece limitada los últimos encuentros a la conexión Brown-Roethlisberger, que podría acentuarse si se confirma que el RB DeAngelo Williams no se recupera a tiempo. En el partido disputado en Cincinnati, el WR se quedó en “sólo” 87 yardas y sin anotaciones, ya que la defensa atigrada prefirió dejar más personal en cobertura en detrimento de una presión al QB de sólo cuatro jugadores. Un pass-rush que solucionó con solvencia la línea ofensiva Steeler, cuyo rendimiento está siendo sorprendentemente excepcional al estar plagada de suplentes. Así, Big Ben sólo debía esperar a que algún receptor quedase desmarcado, y éste fue en la mayoría de las ocasiones el siempre fiable TE Miller.
Por tanto, la defensa bengalí nuevamente tendrá que elegir entre la vigilancia extrema de los receptores acereros o la presión a Roethlisberger. Susto o muerte, ya que tanto Brown, como Bryant o Wheaton son especialistas en liberarse de su marca, y el propio Ben, un maestro en el arte del escapismo. Mi impresión es que optarán por lo primero, teniendo en cuenta que esta vez podrán contar con el safety Iloka, otro de los lesionados en el partido jugado hace apenas un mes, para controlar a Miller. El equipo que dirige Lewis deberá asumir que alguna bomba le va a caer, pero con los pases largos llegan los errores y el #7 de los Steelers lleva en los últimos 4 partidos más intercepciones (7) que touchdowns (6). En esta trampa esperan hacerle caer.
Los Bengals han acabado la temporada regular con un balance de 12-4 por tercera vez en su historia. Las dos anteriores llegaron a jugar la Super Bowl. La última vez que los Steelers entraron en playoffs como seed#6 acabaron levantando el trofeo Lombardi. Aquel año, hace justo 10, también iniciaron su carrera hacia el título en Cincinnati, en un partido marcado por la lesión de Carson Palmer cuyas heridas, al contrario que la de su rodilla, no han terminado de cicatrizar en la Queen City. Todos los ingredientes para la batalla estelar más salvaje están sobre la mesa. No se dejen engañar por sucedáneos. Éste es el partidazo de los wildcard 2015.