Una imagen, una frase, de la semana 16 de la NFL
Los Panthers pierden la temporada perfecta, los Steelers ya no dependen de si mismos y Aaron Rodgers recibe hasta en el cielo de la boca. ¿Os parece poco?
No sé que fue peor, el gesto de decepción de Cam Newton cuando vio cómo se le escapaba a su equipo la temporada perfecta el día menos pensado, la mueca de incredulidad de Big Ben cuando vio que después de haber superado todos los obstáculos su equipo tropezaba con una china, o la cara de Aaron Rodgers de “no sé donde estoy, ni como me llamo. Yo lo único que quiero es que dejen de pegarme”. Pero todo eso se compensa con la alegría de Decker en un baño de multitudes inolvidable, la celebración de Andy Reid con sus jugadores en el vestuario, o las palizas de Houston y Minnesota para reivindicarse. Una semana que prometía ser somnolienta se convirtió, una vez más, en una ruleta rusa de sensaciones encontradas. Y en el fondo ¿qué es la NFL, sino eso?
Raiders 23 – Chargers 20
Partido lacrimoso donde los haya. Los aficionados de ambos equipos, al alimón, pidiendo de las franquicias no se trasladen a Los Ángeles, y Charles Woodson despidiéndose después de una trayectoria de salón de la fama. Sin embargo, y aunque nadie se jugaba realmente nada, la historia se fue hasta la prórroga, como si todo el mundo estuviera deseando alargar unos minutos más la vida de unas gradas que durante años han alojado a una de las aficiones más entregadas y coloristas (en negro y plata) de toda la NFL. Ya sabéis mi opinión, cualquier movimiento de los Raiders que no sea al Levi’s Studium de Santa Clara me parecería un grave error.
Eagles 24 – Redskins 38
Es verdad que los Redskins han sido grandes como equipo, y porque Gruden nunca dejó de ser fiel a si mismo y a sus convicciones, pero el gran protagonista de estos Redskins sorprendentes ha sido Cousins. Un quarterback que el año pasado salía al campo acobardado y que doce meses después parece un emperador… salvo cuando confunde un spike con arrodillarse. Sobre el fracaso del Chip Way of Life hablaremos largo y tendido durante la offseason, pero una vez más dieron vergüenza ajena.
Falcons 20 – Panthers 13
Las Nuns ya no son Nuns, que han vuelto a crecerles alas y garras. Pero, definitivamente, tienen el don de la inoportunidad. Mira que han tenido partidos sencillos que debían haber ganado. Mira que tenían a huevo clasificarse para postemporada después de un arranque sensacional, mira… Mira que hay que ser cenizo para aparecer tarde, mal y nunca, para chafar la historia del año y la temporada perfecta de los Panthers y dejarnos a todos con dos palmos de narices. ¡Y en Navidad! Ni nuns, ni leches. ¡Son el Grinch!.
Ravens 20 – Steelers 17
Los Steelers venían de subir silbando los Alpes y los Pirineos y todos esperábamos que se dieran un paseo hasta los Campos Elíseos, pero un duelo divisional entre Ravens y Steelers es más que un partido, la defensa de Baltimore se presentó a jugar, Mallett pareció Big Ben, Big Ben pareció Mallett, Antonio Brown se tomó el día libre, y los Señores del Acero, favoritos en muchas casas de apuestas para representar a la Americana en la Super Bowl, dependen ahora de las locuras de Tyranosaurus Rex para clasificarse. Y nos lo queríamos perder.
Bills 16 – Cowboys 6
Es curioso, los Bills sin McCoy parecieron casi tan patéticos como los Cowboys. Y ese casi no son los 10 puntos de diferencia del marcador final, sino los tres que les sacaban a falta de 3 minutos, cuando Gillislee anotó un touchdown de50 yardasde carrera que maquilló uno de los espectáculos más bochornosos que se recuerdan en la NFL moderna.
Lions 32 – 49ers 17
Otro amistoso en el que el mayor aliciente volvió a ser poder disfrutar de Megaton en una de sus últimas actuaciones con los Lions. 24 millones contra el cap en 2016 son mucha tela y el receptor puede convertirse en el gran protagonista de la próxima agencia libre. Es curioso, ese era el mismo sueño que tenía Gabbert hace un mes. Qué cosas.
Chiefs 17 – Browns 13
Definitivamente, Johnny Manziel solo juega realmente bien cuando hace lo que le da la gana. Y definitivamente, los Chiefs seguirán vivos en enero porque cada jugador hace, exactamente, lo que le ordenan. Sin embargo, los de Cleveland deben plantearse si quieren que su equipo viva en la anarquía en los próximos años, y los de Kansas City, si el orden y la disciplina serán suficientes en enero, cuando tengan que enfrentarse a rivales de auténtica entidad.
Dolphins 12 – Colts 18
Lo único que me parece destacable de este partido patético, entre dos de los equipos más decepcionantes de 2015, es que Adam Vinatieri anotó su field goal 500. Es triste pensar que esa quizá haya sido la mejor noticia para los Colts en toda su esperpéntica temporada.
Jets 26 – Patriots 20
Me lo pueden explicar con tesis doctorales y análisis sesudos, pero la decisión de Belichick de empezar defendiendo en el tiempo extra solo tiene dos explicaciones: o en jugador entendió mal la orden que le habían dado desde la banda de empezar atacando, o el entrenador quiso poner su granito de arena en la victoria de los Jets. Esta vez no había viento huracanado que valiera ni ningún argumento razonable para explicar la decisión. Por muy mal que estuviera jugando el ataque de los Patriots, de una manera o de otra necesitaban anotar para ganar… y a esas alturas ya parecía casi inevitable que los Steelers iban a perder con Baltimore. Insisto, me pueden dar a leer tesis doctorales de miles de páginas intentándome explicar lo inexplicable, pero yo no lo compro.
Buccaneers 21 – Bears 26
Una semana más, me quedo con la sensación de que estos Bears están bien trabajados, y eso es mérito de su staff técnico, pero les sigue faltando alma para ser auténticos aspirantes… y parece difícil que este staff técnico les ayude a encontrarla.
Titans 6 – Texans 34
En general, los Titans apestan. Mariota había conseguido ser como esos ambientadores que se ponen en el retrovisor para intentar esconder la peste. Pero en cuanto el quarterback ha sido sustituido por Mettenberger, el hedor ha llenado hasta el último rincón del vestuario. Literalmente, los Texans solo necesitaron ponerse una máscara de gas y saltar al campo sin cometer errores para darles una paliza y poner pie y medio en postemporada.
Saints 38 – Jaguars 27
Es curioso. Drew Brees tuvo otra de sus actuaciones magistrales a pesar de jugar aquejado por una fascitis plantar. Sí, sí, habéis leído bien, fascitis plantar. Y si no entendéis lo que quiero decir, solo tenéis que hacer en Google la siguiente búsqueda: nfl fascitis plantar.
Cardinals 38 – Packers 8
Creo que hacía años que no veía una diferencia tan abismal entre dos equipos aspirantes al anillo a finales de diciembre. Y creo que Aaron Rodgers terminó el partido conmocionado y pensando en pedir a los Reyes Magos una línea ofensiva nueva entera… para empezar.
Seahawks 17 – Rams 23
Es verdad que los Seahawks no se jugaban casi nada y que los Rams han resucitado en cuanto han resuelto el rompecabezas del quarterback. Quizá también sea cierto que los de Seattle se dejaron llevar más de la cuenta, pero lo que es absolutamente seguro es que o los de Carroll recuperan la efectividad en el ataque terrestre o se van a caer con todo el equipo en enero. Con todo el equipo. Baldwin incendiado incluido.
Vikings 49 – Giants 17
La victoria de los Vikings parece espectacular, porque además jugaron muy bien. Pero tiene menos mérito porque los Giants no es que jugaran muy mal, es que ni siquiera saltaron al campo. Incluso creo que en algún momento, entre sueños, me pareció escuchar gritos de “¡Tongo! ¡Tongo!” Y si los aficionados de los Giants no lo gritaron, debieron haberlo hecho.
Broncos 20 – Bengals 17
Los Broncos hicieron el ridículo durante toda la primera mitad hasta que los Bengals fallaron un field goal y ellos anotaron uno in extremis. Los Bengals hicieron el ridículo durante toda la segunda mitad hasta que anotaron un field goal y los Broncos fallaron uno in extremis. Solo nos quedaba saber quién iba a hacer el ridículo en el tiempo extra y fueron (redoble de tambores)... los Bengals..