“He tenido sobre la mesa ofertas para competir por otros países”

La patada en la cara de Joel González al surcoreano Daehoon Lee en Londres 2012, que valió un oro olímpico, congregó a dos millones de espectadores delante de la tele. Y el taekwondo entró de lleno en España. Sonó fuerte, porque hizo pleno con las platas de Brigitte Yagüe y Nico García. En Río 2016, volverá a contar para la quiniela de medallas. Pero allí no estarán la mallorquina, retirada con 34 años, ni el canario, que sufrió un grave accidente de moto del que no ha llegado a recuperarse. Sí el de Figueras, con 26 años, aunque su camino ha estado lleno de obstáculos.

A principios de mes, acudió al Grand Prix de México. Tras ser plata en el último Mundial, le bastaba ganar un combate para quedar entre los seis primeros del ránking y asegurar billete olímpico. “Entonces me pasó algo de película —cuenta—. El pabellón estaba en condiciones pésimas. Con el estrés andaba despistado, iba caminando por pasillos llenos de cables y, entonces, me llamó mi madre, me giré y… ¡crack! Me enganché y se me comenzó a hinchar la rodilla: vi mi vida deportiva pasar en diez segundos. Fue durísimo”.

Preocupación. Afortunadamente, los resultados de los rivales le clasificaron. Pero era preocupante. La lesión era en la rodilla izquierda, la misma en la que se rompió el ligamento cruzado posterior en 2013. “Esta vez se han roto dos ligamentos que sujetan la rótula. Mes y medio sin entrenar, pero quedan ocho meses para Río y aprovecharé para hacer táctica y estudiar rivales”, se alegra.

La rotura del cruzado hizo peligrar su carrera. Pero el Consejo Superior de Deportes estuvo al quite, mimándole y buscando recursos para su recuperación. También un trabajo: en el departamento antiamaños de LaLiga, ya que el catalán estudió Criminología. Acabaron tan contentos que Javier Tebas le acaba de firmar un patrocinio por tres años.

“Hay países emergentes con mucho dinero, sobre todo árabes, que hacen selecciones a golpe de talonario. Y me han llegado ofertas que me ayudarían a retirarme con el taekwondo, que es de lo que vivo. Pero tengo un lazo personal y una obligación hacia el CSD, que me ayudó mucho cuando sufrí la operación. No quiero marcharme, pero más adelante nunca se sabe... Todo el mundo quiere asegurarse el futuro”, explica sincero el campeón de un deporte en el que sólo se gana dinero a base de medallas, con las becas ADO.

En Río cambiará de peso. Subirá de -58 kg a -68. Salvo un mito del taekwondo, el estadounidense Steven López, nadie ha sido campeón olímpico en dos divisiones. “Londres significó subir el Everest. Había que marcarse otra meta, otra montaña igual de difícil. Por eso cambio de peso”.