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DENVER BRONCOS

Peyton Manning vuelve a entrenar y Gary Kubiak a sufrir

La vuelta del legendario QB a la práctica activa del football hace que el entrenador de los Denver Broncos tenga en sus manos un dilema crucial.

Gary Kubiak y Peyton Manning en el partido contra los Oakland Raiders.
DOUG PENSINGERAFP

Peyton Manning ha vuelto a los entrenamientos. Tras un mes apartado de los campos con una fascitis plantar, el legendario QB de nuevo puede coger el balón oval y practicar unos pases en las instalaciones de los Denver Broncos. Esta noticia debería ser tremenda para la organización. Recuperar a tu pasador titular, y encima uno que se apellida Manning y se llama Peyton, a tres semanas del inicio de los playoffs, es una bendición divina. Pero no. Gary Kubiak, entrenador del equipo, a buen seguro que lo entiende como una maldición demoniaca. Porque es ahora, justo ahora, cuando va a tener que tomar la decisión que marque su presente y vaya usted a saber si su futuro en la franquicia.

¿Ha de quitar a Brock Osweiler la titularidad y devolvérsela a Peyton Manning?

Este último así lo va a pedir. Pienso que está acabado y que ha dado todo lo que tenía que dar, todo lo que tenía en su cuerpo para ofrecer al football. Pienso que debió retirarse el año pasado cuando se vio como abandonó el campo ante los Colts en la ronda divisional de los pasados playoffs. Pienso que su partido contra los Chiefs, en el que fue mandado al banquillo en el tercer cuarto tras completar 5 de 20 y regalar cuatro intercepciones, debería ser el último clavo en su ataúd. Sé que muchos de vosotros pensáis lo mismo.

Pero el que no lo piensa es él, y ese es el verdadero problema. A Kubiak le encantaría que fuera el propio jugador el que declinará jugar, el que le dejara la libertad de poner a Osweiler. Pero eso no va a suceder, porque Peyton sólo haría eso en caso de verse imposibilitado en estos entrenamientos. Que tampoco es descartable, pero que sería debido a una condición física ya imposibilitante.

No, lo que se va a encontrar el entrenador es a un QB que quiere volver al campo y ganar la Super Bowl, que se cree capacitado para ello.

Los Broncos han jugado mejor con Osweiler como pasador. No es que el chico haya deslumbrado a nadie, pero lo cierto es que con él ha vuelto el juego de carrera. El sistema de Kubiak está más cómodo con un tipo detrás del center y con un abuso del play-action y los roll outs que Manning nunca ha hecho, y mucho menos va a hacer ahora que, en términos footballísticos, es una figura inmovil.

Pero también es cierto que en estas últimas dos semanas el ataque de los de Denver se ha estancado. Osweiler lleva 17 sacks en 17 cuartos, lo que es una barbaridad y habla mal de su línea, sí, pero también de su poca capacidad para leer las defensas rivales y sus blitzes. Además, la poca agresividad del equipo en la end zone les llevó a acumular field goals en vez de touch downs contra los Raiders en la primera mitad. Hasta cuatro veces sucedió y un esfuerzo titánico de la defensa, que dejó a Oakland en 12 yardas negativas en esa primera mitad, no sirvió para ganar el partido.

El debate Manning-Osweiler, pues, llega en el peor momento. Dado que esta semana va a jugar fijo la joven promesa en vez del mítico héroe será muy importante que el ataque de los Broncos, y con él la carrera, funcionen como un reloj para alejar la disquisición. En caso de que suceda como la pasada semana, que los corredores no aportan y que el balón no llega con fluidez a la zona de los seis puntos, Gary Kubiak romperá a sufrir, a sudar, y tendrá que tomar una determinación: Peyton o Brock.

Creo que su corazón le va a guiar hacia mantenerse con Osweiler, pero no es tonto, y su cabeza le dirá que asume menos riesgos con Manning, que la culpa no recaerá en él en caso de fracaso si devuelve los galones al titular de principio de año. Elija lo que elija, fácil no lo tiene.