Javier Fernández, Marín, Ruth Beitia y Badosa, Premios AS
También se reconoció en una espectacular Gala a Godín, la selección de baloncesto, el Madrid de basket, el Barça, Valerón y L'Equipe.
La atleta Ruth Beitia, la jugadora de bádminton Carolina Marín y el patinador Javier Fernández recibieron anoche los Premios AS del Deporte que les reconocen como los mejores de 2015 en opinión de nuestros lectores. El Premio Promesa correspondió a la tenista Paula Badosa y el Premio AS América recayó en el uruguayo Diego Godín, futbolista del Atlético de Madrid. El Premio Trayectoria rindió homenaje al diario L’Equipe, referente de la información deportiva y promotor hace 60 años de la Copa de Europa.
No fueron los únicos galardonados. También recibieron distinciones la Selección española de baloncesto, el Real Madrid de Pablo Laso, Juan Carlos Valerón y el equipo de fútbol del Barcelona, obsequiados en cada caso con una portada de plata.
Los méritos de los premiados son incontables, pero haremos un esfuerzo de condensación. Ningún atleta español había ganado la Diamond League hasta que este año lo consiguió la saltadora de altura Ruth Beitia, la mejor en el total de las catorce pruebas que componen la Champions del atletismo. Algo tienen los cántabros que pueden brincar montañas o volar bajo entre ellas. Bien lo saben Gento o Santillana, ambos presentes en la Gala.
Carolina Marín, doble campeona mundial de bádminton, ha ganado en 2015 cinco Superseries y es la primera de un ránking que, hasta su aparición, era coto privado de las asiáticas. Si Carolina es una pionera, Javier Fernández es casi un explorador intergaláctico. El campeón mundial de patinaje ha nacido en un país, el nuestro, donde sólo hay quince pistas de hielo.
El tributo a L’Equipe comenzó días atrás, cuando Alfredo Relaño viajó a París para hacer entrega del premio a Jacques Ferran (95 años), uno de los periodistas impulsores de la Copa de Europa. Ayer se proyectó el vídeo de aquel encuentro.
Paula Badosa y Diego Godín completan la relación de ganadores del corazón de hierro diseñado por Xavier Mascaró. Paula representa las promesas y Diego las garantías. Ella, vencedora en 2015 del Roland Garros júnior, resiste cualquier comparación, especialmente con Sharapova. Él simboliza el coraje uruguayo y la filosofía del Cholo.
Las conquistas del baloncesto, tanto en versión madridista como en versión nacional, son de sobra conocidas. El Real Madrid lo consiguió todo la pasada temporada: Euroliga, Liga, Copa, Mundialito y Supercopa. La Selección se proclamó campeona del Eurobasket en Francia y contra Francia, en unas semifinales con sabor a título. El Barça de Luis Enrique también hizo un pleno que merece ser recordado, como no deberíamos olvidar que la trayectoria de Juan Carlos Valerón no sólo tiene el valor de la clase y la longevidad, también de la deportividad: veinte años sin una expulsión.
Insignes. En torno a estos protagonistas se reunieron ilustres invitados con el Hotel Palace como histórico escenario, 103 años. No faltaron Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte en fase de respiración profunda (a seis días de las elecciones), Alejandro Blanco, presidente del COE, o Javier Tebas, máximo responsable de LaLiga.
Tampoco se lo perdieron personalidades del fútbol como Enrique Cerezo, Miguel Ángel Gil, Fernando Roig Negueroles, Raúl Martín Presa, Luis Rubiales, Jorge Pérez o Vicente del Bosque. Hubo también generosa afluencia de periodistas (Mónica Marchante, Pedrerol, Hermel, Roberto Gómez, Julián Redondo...), de presidentes federativos (López-Cerrón, Carpena...) y de directivos y compañeros de las diferentes divisiones de PRISA, todos ellos impecables, sobra decirlo.
Como padrinos de los premiados ejercieron Javier Sotomayor, Ángel Nieto, Conchita Martínez o Kiko Narváez; ninguno precisa presentación, si acaso genuflexión. Valga la misma reverencia para veteranos de Madrid y Atlético como Santamaría, Pachín, Pirri, Collar, Adelardo o Ufarte.
Noemí de Miguel y Laura Martínez actuaron como presentadoras. No estuvieron solas. A nuestro mago de cabecera, Jorge Luengo, se sumó Raúl Pérez, el celebradísimo imitador del Carrusel.
La fiesta empezó por lo alto, prosiguió a lo grande y acabó con una despedida común: “Nos vemos”. En Río, en otros podios o en la próxima Gala.