Valerón recibe el premio al Juego Limpio: "Es especial"
Juan Carlos Valerón, ni una expulsión en 21 años de carrera, se mostró radiante al tener este reconocimiento: “Se acaba mi carrera y este premio hace ilusión".
Juan Carlos Valerón es un futbolista enorme, un genio con el balón en los pies, un arquitecto del juego y comparable a su talento está su condición humana. Un ejemplo dentro y fuera del campo. Ni una mala cara, ni una declaración fuera de tono. “Uno juega como es en la vida”, explica él sóbre su comportamiento.
En 21 años de carrera (debutó en 1994 en Las Palmas) nunca ha sido expulsado de un campo de fútbol y su última tarjeta amarilla data de hace dos años, seis meses y 23 días. Nunca un jugador ha provocado tanta unanimidad del resto de sus compañeros de profesión. “Pagaría una entrada por ver a Valerón”, dijo de él Iniesta.
En el Deportivo jugó 13 temporadas, vivió la época dorada del equipo coruñés con él como cerebro y con la misma profesionalidad arrimó el hombro cuando el equipo descendió. Nunca se sintió protagonista, siempre se consideró una pieza más del equipo, pero su talento le contradice: él fue insustituible. En la época en la que se disputaba la titularidad con el mágico e indomable Djalminha, Valerón nunca alzó la voz y siempre consideró justo que el brasileño fuera titular antes que él. “Djalma es muy bueno, tiene que jugar siempre”, decía. No era una pose ante las cámaras, lo decía porque lo sentía.
En el Olímpico de Múnich, en un partido histórico del Deportivo ante el Bayern, el mago de Arguineguín dio dos asistencias de gol a Makaay, que aquella noche hizo un hat-trick, los jugadores se deshicieron en elogios al juego de su compañero y al holandés sólo le faltó ponerse de rodillas para darle las gracias, y Valerón, como siempre, huyó de los focos y sólo acertó a decir: “Hemos hecho un gran partido”.
Juan Carlos Valerón recogió ayer el Premio Juego Limpio de AS: “Estoy contento y agradecido a AS. Ahora que se acaba mi carrera es bonito y especial recibir este premio”.