SAINT LOUIS RAMS 3 - ARIZONA CARDINALS 27
Los Arizona Cardinals no tienen piedad de los Saint Louis Rams
La marcha triunfal del equipo de Bruce Arians hacia los playoffs tropezó con los de Jeff Fisher en el primer partido entre ambos, pero no en el segundo.
En la jornada cuatro de la temporada, hace aproximadamente una eternidad, los Saint Louis Rams ponían fin al inicio perfecto de los Arizona Cardinals. Les endosaban una derrota que escocía a sus viejos rivales de división y, además, les daba esperanzas para todo este 2015 en dos aspectos esenciales: el más evidente, que podían competir con los mejores y soñar con los playoffs, y el más estimulante de cara al futuro, que Todd Gurley conseguía 146 yardas en el inicio de la luna de miel con su temporada rookie. Todo eso se ha acabado. Con estrépito. Sin ningún tipo de piedad. Y con el mismo rival de protagonista.
Los Arizona Cardinals fueron una apisonadora y ganaron por 27 a 3 a los Rams para decirles que, no, no están preparados para jugar los playoffs y, no, Todd Gurley no va a ser el mejor corredor de la liga, al menos de momento.
Por apisonadora me refiero a esa máquina que va muy despacito dejándolo todo liso a su paso. Porque el dominio que el equipo demostró durante todo el partido no fue de los que se notó en el marcador de manera inmediata, ni de los que dejan a los enemigos pensando que les ha arrasado un tornado. Durante un gran periodo del partido en Saint Louis soñaron con poder ir remontando. La distancia en el marcador no era mucha, primero con un 7-0 que pareció instalado durante toda la primera parte, y luego a tiro de una posesión ya al inicio de la segunda mitad.
Sin embargo, en el juego la sensación era muy distinta. La defensa de los Cards, que está a un nivel fantástico, cerró todas las opciones de los Rams. Y por todas las opciones quiero decir Gurley. 41 yardas es todo lo que consiguió el fenómeno, que parece haberse topado con el clásico muro del rookie, que llega a estas alturas de temporada o, más bien, que los coordinadores defensivos rivales tienen muy claro que arma eliminar de Saint Louis y a quien dejar jugar: a Nick Foles. Y así fue con Arizona, pues el QB tuvo que lanzar 35 veces, bastantes más de las que querría Jeff Fisher, para la anémica cifra de 146 yardas. La secundaria de los Cardinals, una de las más explosivas y fascinantes de la liga, por físico, por táctica y por diseño, estuvo tremenda. De nuevo.
En cuanto al ataque de los vencedores, fueron de lo más equilibrado, una de las características que define mejor a los grandes equipos. Los corredores sumaron 175 yardas, a pesar de la ausencia por lesión de Chris Johnson y Andre Ellington, y el pase aéreo otras 356. Carson Palmer dio dos pases de TD y hasta siete receptores disfrutaron de sus balones.
Con esta victoria los Cardinals siguen avanzando no sólo hacia playoff, algo que se da por hecho que conseguirán, sino que ya ponen dos partidos de ventaja, con cuatro por jugar, con sus perseguidores en el objetivo del bye en la primera jornada de postemporada. Es más, incluso eso podría ser secundario ante el nivel de juego que están demostrando, que es lo realmente relevante y lo que les coloca como legítimos candidatos a jugar (y ganar) la Super Bowl, algo que debe aplicarse a cualquier equipo capaz de jugar con el dominio y el equilibrio que han demostrado los de Arizona ante estos Rams.
Rams que quedan muy tocados. No sólo para este año, ya perdido, sino para el proyecto a medio plazo de Jeff Fisher. Esta franquicia está negociando su traslado a Los Angeles. Su dueño, Stan Kroenke, tiene sueños de grandeza y aspira a lo máximo, como ha demostrado en numerosas ocasiones. Nada de todo lo anterior encaja con la tristeza que demuestra un proyecto que pinta a agotado antes incluso de florecer y al que los Cardinals no mostraron ninguna piedad.