Aaron Rodgers no ha podido hacer olvidar a Nelson
No voy a quitarle culpas del mal momento del equipo a su QB. El 62’4 de passer rating contra Bears, fue el más bajo de la carrera de Aaron Rodgers en Lambeu.
En la segunda ronda del draft del 2014, los Green Bay Packers adquirieron a un wide receiver que venía de Fresno State con unas condiciones que le hacían ser un gran prospect, y que se suponía que con Aaron Rodgers detrás, su talento incrementaría exponencialmente.
En tercera ronda de ese mismo draft y, tras la marcha definitiva de Jermichael Finley, la franquicia de Wisconsin eligió a un tight end salido de la Universidad de California. Richard Rodgers venía con la vitola de poseer unas buenas manos y con la habilidad de saber correr muy bien ciertas rutas, sin embargo traía un problema: no era un buen bloqueador.
Tras un primer año rookie de ambos más o menos interesantes (Rodgers jugó mucho menos que Adams), las esperanzas en ellos eran altas. La baja por lesión de Jordy Nelson les dio a los dos muchas más responsabilidades de las que en un principio se quería dar desde el staff técnico. Después de 12 semanas, ya podemos decir que ninguno ha cumplido esas expectativas. No estoy diciendo que haya que deshacerse de ellos, ni mucho menos, pero su paso atrás es evidente, y tienen que aportar mucho más si quieren que esa ofensiva juegue a algo cuando de ataque aéreo se trata.
No voy a quitarle culpas del mal momento ofensivo del equipo a su QB. El 62’4 de passer rating frente a los Bears, fue el más bajo de la carrera de Aaron Rodgers en Lambeau. Además, en los últimos seis partidos ha completado el 54% de sus pases, cuando su media hasta este año era de 65’8%. Números preocupantes.
Nos hemos acostumbrado a que Aaron Rodgers saque de su chistera jugadas antológicas y que con ellas resuelva los partidos, y ahora que eso no está pasando (y que está jugando el peor football que se le recuerda) nos damos cuenta que es humano y que también falla. El problema de que él falle es que los Packers caen. Sin remedio.
Sin embargo, la preocupación no es Aaron Rodgers. Todos sabemos que mejorará. El problema es la mala ejecución de algunos jugadores y de un playcalling que ahora mismo no favorece en nada al ataque. Principalmente en los dos nombres que os he citado al inicio de este artículo. Adams fue buscado por Rodgers hasta diez veces el pasado jueves (al que más de todo el roster) para solamente ser capaz de recibir dos balones. De los otros ocho que no cogió, tres fueron drops. Es decir, dejó caer más balones de los que consiguió atrapar. Pero, aunque parezca increíble, lo más preocupante no son los drops, es su nula capacidad para correr rutas. Se para en mitad de ellas, sus cortes son lentísimos y, para colmo, de lo único que está preocupado es de que el árbitro lance el pañuelo a su favor.
La combinación de rutas slant-flat es una de las que mejor juega este equipo y que incomprensiblemente no se usa mucho más a menudo. (Ver imagen 1). Claro, para que se utilice más, los dos atacantes involucrados deben hacer lo que se les pide. Aquí vemos como Adams corre su slant, pero cuando se cruza con el flat defender, en vez de seguir su ruta y alcanzar el punto donde va a ir el balón, busca chocar con el defensor para conseguir el flag. El jugador defensivo evita el contacto y Rodgers manda el balón directamente a las manos del CB, al lugar donde se supone que debería estar Adams. Es ridículo. Malas rutas las vemos en Adams en cada partido.
Por otro lado, tenemos al segundo nombre de este artículo: Richard Rodgers. Antes de empezar la temporada regular os hablé de él. Os dije que en Wisconsin se esperaba un crecimiento por su parte para darle un arma más al QB. Pues bien, Rodgers no está siendo lo que se esperaba. También por culpa del playcall, pues se le busca en situaciones donde está claro que no es peligroso. Rodgers es un jugador con buenas manos y que puede ser muy eficaz en rutas stick para buscar pases cortos en situaciones de corto yardaje, o en rutas seam para atacar a los LBs. Sin embargo, los Packers insisten en pasarle en screens para que gane yardas después del catch, y ahí no es bueno. Su producción aquí es escasa, pero parece que no se dan cuenta desde la banda.
Chicago Bears, (Ver imagen 2), se sitúa en Cover-2 Man Under. La lectura es muy sencilla para Rodgers. Lo primero que hace es asegurarse de que el WLB está en hombre y se va con el RB, después de eso lee al safety que se irá a ayudar con la ruta del TE, dejando un agujero a su espalda. Aaron Rodgers sale en scramble del pocket para darle tiempo a Adams a realizar su ruta y a ganar separación. Todo esto está perfectamente ejecutado, incluso Adams gana espacio con su cut inside. El pase del QB es perfecto, dándole toda la ventaja al receptor para que siga corriendo una vez que haya atrapado el ovoide. La tragedia viene con eso, con el catch. Cuando todo hacía indicar que Adams podría conseguir anotar (nadie en dos kilómetros a la redonda), el WR deja caer un balón que no tenía ninguna dificultad. Muy feo.
Los drops están siendo un mal mayor para este equipo. Cobb, Adams y Jones combinan 17 drops entre los tres. En PFF daban un dato terrorífico esta semana: desde la jornada 3, los Green Bay Packers son el equipo que más deja caer balones de toda la liga con 23. Un dato abrumador.
Pero si hay algo que no soporto en cualquier deporte son las quejas y constantes excusas para no hacer bien tu trabajo. En esto, Davante Adams nos está dando todo un clinic. Vaya por delante que ha habido partidos en los que la defensa sí ha podido ser algo ilegal, pero cada vez que no completa un pase, se vuelve al árbitro para pedir el flag. De hecho, parece que esté más pendiente de forzar la falta que de recibir el balón. Para muestra, un botón.
Esto es un ejemplo de lo que os estoy contando. (Ver imagen 3).Los dos WRs más abiertos salen para jugar los stalk blocks (bloqueos en campo abierto), mientras que Rodgers juega a la flat para aprovechar estos bloqueos y ganar yardas después de atrapar el balón. El TE no tiene un gran cambio de ritmo cuando frena para cambiar de dirección, ni la suficiente velocidad para hacer cuts y romper tackles. En la imagen se ve como el LB llega a su altura y Rodgers no es capaz de batirlo.
Señores, el partido del jueves se presenta importantísimo para la escuadra de verde y oro. Detroit viene con un juego muy mejorado desde su semana de bye. Ya se llevó la victoria de Lambeau y busca seguir progresando. Ahora mismo, y viendo cómo está el ataque de los Packers, los Lions pueden dar un golpe en la mesa de la NFC North y dar la posibilidad a Chicago de quedarse a un partido de los queseros. La defensa sigue jugando más o menos bien y aunque parezca mentira, es el ataque quien está lastrando al equipo. Problemas para el favorito a llevarse el título de división, pero ya se sabe: “lo que no te mata, te hace más fuerte”. Veremos que ocurre en esta impredecible NFC North.