HIstoria de la NFL
Ladies and Gentlemen, please rise and remove your caps for...
Las fight songs, tan características de los equipos universitarios de football en USA son, sin embargo, muy exóticas en las franquicias de la NFL.
Las mocitas madrileñas…, Yo me voy al Manzanares…Tot el camp es un clam…,
Hasta que me muera te voy a alentar, y si volviera de encarnar en otra vida, no se por donde viviría, de que iría a trabajar, pero seguro que de River yo sería.... Walk on, walk on with hope in your heart, and you'll never walk alone…
A pesar de las hilarantes y en muchos casos apolilladas letras de los himnos de algunos grandes clubes de soccer del mundo, lo cierto es que sus tonadas se han injertado generación tras generación en cada de uno de los aficionados que con arrobo las cantan orgullosos cuando su equipo sale al campo. Son nuestras fight songs, tan características de los conjuntos universitarios de football en los Estados Unidos y sin embargo, tan exóticas en las franquicias de la NFL.
En efecto, quien haya asistido o visionado un partido de football college, habrá advertido la importancia, trascendencia y relevancia que se la da los prolegómenos del partido, siendo parte central y esencial de los mismos la perfomance de su College Marching Band correspondiente. Créanme, en muchas ocasiones, la banda es lo más importante del evento, por encima del equipo y del partido. La de la USC, The Spirit of Troy o Hollywood’s Band como se la conoce, con su flamboyante vestuario, ha actuado junto a Michael Jackson, Fleetwood Mac, Radiohead y en los Grammys, los Oscars, el Super Bowl o ceremonias en Juegos Olímpicos, así como en películas tan célebres como Forrest Gump. Qué decir de las dos de Ohio: a la de Ohio State, desde 1878, nadie la supera en historia, boato y teatralidad; pero su rival de la Ohio University, The Marching 110, es sencillamente espectacular, como lo demostraron en el Macy’s Thanksgiving Day Parade, en el Tournament of Roses Parade o en la toma de posesión de Bill Clinton. Aunque para toma de posesión, la de JFK en 1961, en la que aún se recuerda la interpretación de la Longhorn Band de la Universidad de Texas, que también actuó gloriosamente en el VIII Super Bowl, con su ensordecedor tambor Big Bertha de 41 pulgadas de diámetro…ridículo si lo comparamos con el más grande del mundo, el que usa la banda de Purdue (tres metros de monstruo).
Estas agrupaciones, en unas demostraciones de vestuario, coreografía, coordinación y espectáculo asombrosas, interpretan además las fight songs de sus colleges, en muchos casos, piezas históricas compuestas a principios del siglo XX o anteriores, capaces de hacer saltar las lágrimas de unos enfervorizados aficionados que enloquecen con sus acordes. La elegante Victory March (1908) de Notre Dame; el glorioso The Victors (1898) de Michigan; el marcial Fight On (1922) de los Trojans; el añejo Boomer Sooner (1905) de Oklahoma; el escalofriante Anchors Aweigh (1906) de la Navy; el famoso Rocky Top de Tennessee; el Yea Alabama (1926) que tantas veces cantara Namath con sus Crimson Tide o el solemne Buckey Battle Cry (1919) de Ohio State, son solo un puñado de extraordinarios ejemplos de himnos en el mundo de football…universitario.
Y es que, como decíamos, esta tradición estudiantil no se ha trasladado a los equipos profesionales, que han preferido emplear la prosaica música comercial para animar a la parroquia. Vulgar práctica predicable no sólo de franquicias de nuevo cuño, sino por equipos de tan rancia tradición en la NFL como los mismísimos Steelers, guardianes de las esencias en muchos aspectos – logo en un solo lado del casco, números en la parte frontal del casco y sólo una vez iniciada la liga, únicamente dos camisetas oficialmente retiradas, sin cheerleaders desde sus rancias Steelerettes, end zone con diagonales…- y que sin embargo, no les duelen prendas en emplear desde 2002 como himno oficioso para animar a su defensa en Heinz Field el bizarro tema Renegade de la banda de rock progresivo Stynx. Y todo porque en 2001, cuando se inauguró el nuevo estadio tras la demolición del legendario Three Rivers, Mike Marchinsky, un joven empleado del departamento de marketing de la franquicia escuchó en la radio la canción y le pareció adecuada como sintonía estimulante y motivadora. En 2002, durante el Wild Card playoff frente a Cleveland Browns, Steelers perdía 24-7 en el tercer cuarto cuando la megafonía atronó con los acordes de la pieza compuesta por Tommy Shaw en 1979. A partir de entonces, Tommy Maddox, Plaxico Burres, Jerame Tuman y Hines Ward entran en trance y remontan un partido que tenían perdido. La leyenda, la superstición y la cábala hicieron el resto. De acuerdo con unas estadísticas no verificables, en 2008, durante el camino hacia el XLIII Super Bowl, la defensa acerera liderada por Polamalu logró recuperar o detener el avance contrario en las nueve ocasiones que sonó Renegade en Heinz Field…
No obstante, y a pesar de esta lamentable tendencia, lo cierto es que muchas de las franquicias históricas, y especialmente en la década de los sesenta, con la irrupción de la televisión y la AFL, contaron con sus propias fight songs, muy en la línea en sus letras y lemas de los rancios himnos futboleros del inicio, e incorporando en cada caso las características musicales de la zona. A continuación les propongo la escucha de algunas de las mejores fight songs de la liga, a ver que les parece.
Musicalmente, quizá el mejor himno sea el de los Dolphins, con un impagable banjo al fondo mientras se cantan estrofas tan absolutamente camp como esta:
Miami has the Dolphins, the greatest football team.
We take the ball from goal to goal like no one’s ever seen.
We’re in the air; we’re on the ground; we’re always in control,
And when you say Miami, you’re talking Super Bowl
Los Bills, ciertamente no han sido muy originales al hacer un cover del legendario tema de los Isley Brothers «Shout»…pero ¡¡les ha quedado genial!!
The Bills make me wanna shout!
Throw your hands up and shout!
Throw your head back and shout!
C’mon now, the Bills are makin’ it happen now.
Aunque si hablamos de versionar grandes temas, ninguno se adapta mejor a la idiosincrasia de un franquicia como el clásico gospel When the Saints Go Marching In…
Cierras los ojos, escuchas la fight song de los Chargers y estás subiendo la escalerilla de acceso del Pacific Princess fondeado en el puerto de San Diego, donde te recibe el sonriente capitán Stubing, anunciándote escalas en Cabo San Lucas y Acapulco…ritmos frescos, bailables, ambientes soleados, bermudas de colores y un pisco sour en la mano. Impagable el solo de saxo
San Diego Super Chargers, San Diego Chargers! San Diego Super Chargers, San Diego Chargers! Charge!
¿Les gustan los Village People? A mi me encantan. Pues entonces este su himno. No busquen más y oigan el temazo setentero que Jeff Arthur hizo para los Bucs, con spelling incluido, como el guayansiei…
The Bucs are hot and ready to play
Got a job to do, gotta win today
Let’s scream and shout, set the sail
Gotta fight the fight, not about to fail
Como no podía ser de otra forma, un conjunto cuyo estadio atiende al nombre de Soldier Field, tenía que tener este himno. Cuádrense para escucharlo…¡¡ en pie!!
Make every play clear the way to victory.
Put up a fight with a might so fearlessly.
We’ll never forget the way you thrilled the nation,
And let them know why you’re wearing the crown.
You’re the pride and joy of Illinois,
Un caso especial es el The Autumn Wind. Cuando Al Davis escuchó el poema escrito por Steve Sabol y musicalizado como fondo para los films sobre NFL realizados por él, quedo tan prendado con la identificación entre aquel y el espíritu Raider que le pidió la cesión del mismo como fight song de la franquicia de Oakland. El principio recuerda mucho al comienzo de Piratas del Caribe…
Breve, proteico, directo, contundente, Americano…así es el «Fly Eagles Fly». Se te mete en la cabeza como un barreno y lo estás tarareando todo el día
Fly Eagles Fly, On The Road To Victory. Fight Eagles Fight, Score A Touchdown 1-2-3.
Hit ‘Em Low. Hit ‘Em High. And We’ll Watch Our Eagles Fly.
Fly Eagles Fly, On The Road To Victory.
¿Qué es un himno deportivo sin el ra, ra, ra? Los grandes lúsers de la NFL son sin embargo los campeones del ra-ra-ra, con el animoso gridiron del casco alentando el cotarro…
A charging team that will not yield,
And when the Blue and Silver wave,
With honor you will keep your fame!
Y finalmente, volvemos al inicio. Afortunadamente la familia Rooney optó por el boxeo, el baseball, las carreras de caballos, las apuestas y el football, y no por la música. El himno oficial de la franquicia desde 1994, al margen del ya citado Renegade, lleva por título «Here we go» y es un tipo de fight song muy traicionero, pues lleva fecha de caducidad. Me explico. Cuando en la letra de una canción se introducen nombres propios como los de Ward, Polamalu, Farrior y Forte o se invoca el Cowher Power para lograr that one the thumb, cuando el sexto Lombardi luce en las vitrinas desde hace seis años, se corre el riesgo de quedar obsoleto o sin sentido, teniendo continuamente que actualizar sus estrofas. Si encima ven el enlace del video oficial, convendrán conmigo en que hay cadáveres con mucho más ritmo que la banda de Roger Wood…
En fin. Ya habrán advertido que estos «himnos de batalla» son a la música lo que los Whopper a la gastronomía. Desde esta humilde y periférica tribuna, y dado que la NFL carece tanto de de la épica europea, como del sentido del espectáculo universitario, yo les recomendaría que se limitasen a cantar el Star-Spangled Banner al comienzo del partido, que ciertamente lo bordan, y que después, si de verdad quieren animar al personal, emitan en los megamarcadores la legendaria intro del SNF de nuestra querida Faith Hill…los fumbles y los drops se multiplicarán, seguro.