Carson Palmer por fin dormirá tranquilo: se vengó de Cincinnati
El QB empezó fatal, con dos intercepciones en el primer cuarto, pero luego tomó vuelo y se deshizo de los Bengals, el equipo del que se fue de manera conflictiva en 2011.
Pues va a ser cierto eso del “revenge game” (el partido de la venganza). Y Carson Palmer dormirá bien en todas las noches que queden esta temporada, sin importar lo que le traiga el futuro cercano a los Cardinals.
Palmer empezó lento, muy lento, ante Cincinnati. Y con dos intercepciones en el primer cuarto, su maldición particular ante los Bengals (equipo del que se marchó de malas en 2011) parecía continuar.
Pero poco a poco, el QB fue levantando el vuelo hasta sumar 317 yardas de pase, cuatro touchdowns y terminar el partido con un drive de locos.
Y lo de 'locos' tampoco es un decir. Con apenas 52 segundos restantes y cuando los Bengals habían empatado el partido, el QB de 35 años (que cumplirá 36 en un mes) conectó con J.J. Nelson y Larry Fitzgerald dos veces en apenas 24 segundos y completó un drive de 70 yardas que dejó en bandeja un field goal de 32 yardas para Chandler Catanzaro.
Pero antes de eso, la fortuna le sonrió a Arizona, y mucho. Porque ese field goal tan sencillo llegó de una extrañísima penalización a Domata Peko, que intentó confundir al ataque de Arizona gritando señales de ataque mientras estos se alineaban para hacer el 'spike', parar el reloj y probar su suerte con el kicker.
Con seis segundos restantes, Peko no paró de gritar: "¡Hut, hut, hut, hut, hut...!" hasta que los árbitros intervinieron. Él luego dirá que estaba haciendo la haka (en realidad dice haber dicho "get set"), pero en Cininnati los aficionados piensan que les puede haber costado el partido, o al menos la posibilidad de lucharlo en overtime.
Tras este partido, ambos equipos se encuentran 8-2 y lideran sus respectivas divisiones. Los Cardinals tienen un buen margen sobre el segundo, los Seahawks (5-5); mientras que los Bengals mantienen dos sobre los Steelers (6-4).