NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

RAVENS 16 - RAMS 13

Un field goal de Tucker da un agónico triunfo a Baltimore

En un encuentro lleno de errores de todos los tipos y todos los colores, los Ravens ganan in extremis y empeoran las opciones de playoffs de St. Louis.

Justin Tucker celebra el field goal de la victoria sobre los St. Louis Rams.
Rob CarrAFP

Si un aficionado a la NFL está interesado en saber cuál es el abanico de penalizaciones que hay en el manual de los árbitros, le recomendamos que se pase por la primera mitad del partido entre los Baltimore Ravens y St. Louis Rams y que se centran especialmente en los primeros.

Es la única manera de explicar cómo un equipo que no sólo ha pasado mejor, ha corrido mejor y se ha mostrado más fluido en el juego sólo pueda haber sumado un triste FG de Yates pero que se vio perjudicado por el brazo roto de Justin Forsett. Bueno, las 107 yardas de penalización en seis pañuelos amarillos y la notable defensa de los Rams que han limitado los daños a ese field goal más allá del fallado desde el contiguo estado del Distrito de Columbia (51 yardas).

Ni siquiera se puede decir que Todd Gurley haya estado supremo pero la verdad es que ha encontrado el hueco desde la yarda uno y mejor no hablemos de Keenum, que ha tenido la friolera de 31 yardas en 10 pases intentados, con tres completos en la primera parte.

Los dos equipos sumaron once first downs and 212 yardas al descanso entre los dos. Carolina, por si misma, tenía 19 y 239 yardas en su encuentro contra Washington. Así, en frío.

Uno podría pensar que el espanto de la primera mitad habría acabado justo en el vestuario. ¡Craso error! Los dos equipos parecían decididos a que las imprecisiones se convirtiesen en la tónica del choque. En lugar de las innumerables penalizaciones que lastraron la primera mitad, ahora teníamos pérdidas de balón. Distintos platos pero mismo menú.

Con un quarterback que se tiró más de un cuarto sin ser capaz de completar un pase (Keenum), los Rams son capaces de anotar otro touchdown a través de Lance Kendricks, que fue capaz de aprovechar una intercepción previa de Joe Flacco. Los fallos no se limitarían ahí ya que el kicker de los Rams falla el extra point para que tuviéramos un poco de todo en el M&T Bank Stadium. 13-3 en el marcador.

Incapaces de generar algo de dinamismo en el juego entre tanto punt, penalizaciones y pérdidas de balón, ni siquiera la figura de Todd Gurley pudo ser el salvavidas de los Rams. Un fumble del running back, unido a la milagrosa capacidad de los Ravens de completar un tercer down, nos trae un field goal que pone el 13-6 tras una recepción de 46 yardas de Gilmore.

Se notaba el run run, el cambio en la tónica del partido. Incapaces de pasar o correr, los Rams vuelven a ser detenidos y los Ravens son capaces de empatar el partido con un touchdown de Flacco a Kamar Aiken.

Pero lo mejor estaba por llegar.

Uniéndose a la infinita sinfonía de fallos del partido y con el reloj que no para de correr, llega el glorioso momento de fallar field goals. Sin negar la enorme dificultad de materializarlos, los dos kickers fallan desde 52 yardas (Zuerlein para los Rams) y 51 (por segunda vez en el partido para Tucker).

¿Nos tocará prórroga? ¡No! ¡Drama! ¡Caos!

Otra pérdida de balón, esta vez un fumble que Upshaw le saca a Keenum, le da una nueva ocasión para redimirse al joven Justin Tucker que un día antes celebraba sus 26 otoños. Esta vez, desde 47 yardas, Tucker no falla cuando el tiempo se agota y le da un agonizante triunfo a los Ravens y empeoran significativamente las opciones de playoffs para unos Rams que parecen sonados a estas alturas de la campaña.

Sin embargo, el triunfo de los Baltimore Ravens no deja de tener un sabor agridulce ya que a la ya conocida baja de Forsett, John Harbaugh anuncia en rueda de prensa que Joe Flacco se ha roto el ligamento cruzado anterior en los últimos compases del encuentro y se pierde el resto de la campaña. Duro golpe para alguien que nunca antes se había perdido un encuentro por lesión tras 122 partidos consecutivos. De veras ha habido años mejores y los Ravens pueden afirmarlo con rotundidad.