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CHICAGO BEARS 15 - DENVER BRONCOS 17

Brock Osweiler da a Denver la victoria soñada por Kubiak

Los Broncos ganan a los Chicago Bears con un juego terrestre potente, una defensa dominante en la end zone y un QB que no comete errores.

Brock Osweiler dirige a su ataque contra los Chicago Bears.
JONATHAN DANIELAFP

Cuando Gary Kubiak se hizo con los mandos de los Denver Broncos soñó con una victoria como la que su equipo ha conseguido sobre los Chicago Bears por 17 a 15. No es ninguna casualidad que haya llegado con la ausencia de Peyton Manning y la presencia de Brock Osweiler. Porque, quizás por primera vez en todo el año, el equipo de Colorado ha jugado exactamente a lo que su entrenador quería.

El partido tenía una enorme importancia para determinar el estado presente y de futuro inmediato de los Broncos. La lesión de Manning, y su ausencia en el encuentro, se supo sólo después de que tuviese una actuación lamentable frente a los Kansas City Chiefs durante tres cuartos de un partido que acabó jugando Brock Osweiler. Éste fue confirmado como titular hasta la recuperación de Peyton, pero flota en el aire la sensación de que si el chaval responde es posible que el veterano no vuelva a jugar. Si es así, la primera audición ha sido todo un éxito.

Osweiler no jugó un partido estelar. No al menos bajo la concepción tradicional de tipo que se echa el equipo a la espalda y lo decide. Pero sí que cumplió, al cien por cien, con lo que el plan de juego exigía. Y con la defensa que tiene Denver eso puede ser suficiente.

Contra Chicago, incluso, los Broncos recuperaron el juego de carrera. Tampoco es casualidad que sea en el primer partido de Osweiler, con la defensa de Chicago legítimamente más preocupada del pase profundo con él que con Manning. Kubiak se sintió más legitimado a aplicar su vieja receta de bloqueos zonales y avance terrestre. Ronnie Hillman ocupó el puesto de corredor principal, con C.J. Anderson relegado al de acompañante, consiguiendo 102 yardas. El segundo tampoco se quedó corto y con casi la mitad de carreras, 12, llegó a las 59 yardas. En general, la defensa de los Bears fue incapaz de contener a unos corredores que llevaban todo el año sin mover las cadenas.

A su lado, Osweiler apareció en los terceros downs cuando se le necesitó y ejecutó un partido sin errores. Su 20 de 27, con 250 yardas, 2 TD y 0 INT, lo explican desde el punto de vista numérico, pero una jugada lo refleja aún mejor. Fue en el final de la primera parte, con un resultado ajustado de 7-6 a favor de los visitantes; con el tiempo casi cumplido el QB lanzó un balón en la end zone, en terer down, imposible de interceptar... e imposible de coger por su receptor.

La defensa de los Broncos, de todas formas, está lejos de lo que mostró en los dos primeros meses de la temporada. Concedió no pocas big plays y dejó al ataque de los Bears moverse. Donde fue implacable fue en la end zone. Los de Jay Cutler llegaron media decena de veces al vecindario del touch down y allí murieron. 

Al final, eso es lo que les costó el partido. Tras un fumble de Cutler, forzado por Von Miller, los Broncos jugaron excesivamente conservadores y dejaron dos minutos a los Bears para el último drive, que encaraban 98 puntos abajo. Chicago llegó a anotar, al fin, un touch down, pero se vio obligado a la conversión de dos puntos. Y, claro, dos veces seguidas era mucho: Jeremy Langford, controlado toda la tarde con mano de hierro por la línea defensiva de los Broncos, chocó de nuevo con la muralla y el partido murió en la orilla de Denver.

Gary Kubiak a buen seguro que lo está paladeando. Con el cambio de QB, al que no podía enfrentarse como un movimiento más debido a la categoría de leyenda de Peyton Manning, su equipo ha jugado exactamente como quería. Y el resultado ha sido positivo. De repetirse este tipo de actuaciones, con Osweiler evitando errores y el juego de carrera funcionando, es muy difícil imaginar que Manning vuelva a jugar.