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ATLETISMO | BEHOBIA-SAN SEBASTIAN

Un corredor muerto y exhibición de Carles Castillejo

La víctima tenía 31 años. Los equipos de emergencia trataron de reanimarle antes de ser trasladado al Hospital Donostia, donde murió. Cuarto fallecido desde 2002.

51º edición de la carrera popular Behobia-San Sebastián.
Juan HerreroEFE

El atleta catalán Carles Castillejo se adjudicó en solitario la multitudinaria Behobia-San Sebastián, con casi 34.000 participantes, disputada en una calurosa mañana, en la que Raquel Gómez se llevó la prueba en mujeres y volvió a teñirse de luto la popular prueba. Durante toda la semana se advirtió por parte de la organización que se extremaran las precauciones, que el calor podía jugar malas pasadas en un trazado exigente con dos subidas y otro repunte que suele incidir en los que salen alegremente con los de delante e intentan seguirles. Se pidió que no salieran a cebarse y bajar marcas. El mazazo llegó con el atleta navarro José Javier Suescun Subero, de 31 años, que perdió la vida tras cruzar la meta. También se registró el fallecimiento de una persona mayor que estaba por los alrededores, pero, al parecer y tras unos momentos de incertidumbre, no tiene nada que ver con la carrera ni estaba como espectador. Por unos metros la carrera no llega a la media maratón y no se pide certificado médico para participar, así que sigue engordando una leyenda negra.

Castillejo, campeón nacional en 5000, 10.000 metros y maratón en la última década, impuso un importante ritmo desde la salida de la localidad de Behobia, en la frontera con Francia, y a pesar del intenso calor que limitaba las posibilidades de marca pudo aguantar y anotarse con más comodidad de la esperaba la victoria. Se esperaba más pelea de Rafa Iglesias, Pedro Nimo, Martínez Fiz o Chema Martínez. El catalán ni necesitó atacar para escaparse en el alto de Gaintzurizketa a mitad de carrera, fue llevando una estrategia de desgaste. Jaume Leiva, que superaba dos años de inactividad por las lesiones, trató de seguir su estela, pero no tenía piernas ante la bala delantera. Las calles donostiarras se llenaron con la matinal veraniega para aclamar a Castillejo, que entró saludando.

Jaume Leiva y José Carlos Hernández, este último ganador de la pasada edición, entraron por este orden después para completar el podio. Ambos están unidos por su rearme moral tras las prolongadas lesiones que comprometieron seriamente sus respectivas carreras. En mujeres sorprendió la extremeña Raquel Gómez, que fue de menos a más y que figuraba cuarta clasificada a los quince kilómetros, de los 20 que completaban la prueba para protagonizar un fin de carrera espectacular. Gómez aguantó bien y vio cómo sus rivales, Jimena Martínez, Bernadett Suveges y Laura García, cedían por el intenso calor para presentarse en la meta en solitario por delante de Paula Mallobre.

La organización de la Behobia confirmó los malos presagios que saltaron a las 11:30 horas, cuando un corredor tras cruzar la meta sufrió un desvanecimiento y una parada cardiorrespiratoria y tuvo que ser asistido por los médicos en el hospital de campaña del Boulevard donostiarra, donde le aplicaron maniobras de reanimación por parte de los equipos de emergencia de la Cruz Roja. Minutos después fue trasladado al hospital de San Sebastián. Desgraciadamente los facultativos no pudieron hacer nada por salvar la vida del corredor. Además, en el transcurso de la prueba un varón de nacionalidad francesa de 42 años falleció tras sufrir un desvanecimiento y ser atendido en una carpa de la Cruz Roja instalada en el puente de Behobia y, aunque en un primer momento se especuló con que se trataba de un espectador, fuentes de la organización confirmaron que era una persona "totalmente ajena a la carrera".

Sobre las 12:00 horas la Ertzaintza recibió el informe desde un puesto de la Cruz Roja situado en la meta de que había constancia de que un varón que participaba en la carrera había entrado en parada cardiorrespiratoria. La muerte del vecino de Berbinzana José Javier Suescun, de 31 años dejó conmocionada a la pequeña localidad navarra, de algo más de 600 vecinos, donde el joven estaba "muy integrado" y era muy conocido. Así lo señaló el alcalde de Berbinzana, José Chocarro, quien confirmó la identidad del joven, hijo de su compañero de partido, UPN, y exalcalde de la localidad Santiago Suescun. El corredor muerto, recién casado, era un deportista que se cuidaba y que había jugado en el equipo local Injerto como futbolista federado hasta hacía dos años, así que pasó numerosos controles médicos. Se había desplazado hasta San Sebastián junto a otros dos amigos, uno de ellos su propio primo, con quienes había comenzado la carrera. En un momento dado, al comprobar que los otros dos amigos iban más deprisa, "les ha dicho que se adelantasen, que él iba más tranquilo y no quería forzar", por lo que ha continuado algo más rezagado la carrera.

Suescun llegó hasta las inmediaciones de la meta y cayó fulminado. "Estamos todos en shock, traumatizados. Es una pena porque era un chaval muy, muy buena gente. Ingeniero, trabajador en su propio trabajo y que ayudaba a sus padres en la granja", señaló el primer edil de Berbinzana. Es la cuarta persona que muere en esta prueba de 20 kilómetros de recorrido desde 2002 y el segundo navarro que fallece en la Behobia-San Sebastián, ya que en 2013 una atleta de 30 años, vecina de Zizur Mayor, murió a causa de una parada cardiorrespiratoria tras desvanecerse, también cerca de la meta, cuando había corrido casi la totalidad de la prueba.

Tres años antes, en 2010, el vizcaíno César E.B., de 40 años sufrió un desvanecimiento antes de llegar el puente del Kursaal, a pocos metros de la meta, y falleció en el hospital central de la prueba tras ser atendido de urgencia. En 2002 el joven Asier Torrente, de 23 años, sufrió un paro cardíaco a pocos metros de la meta y murió cuatro días después en el Hospital Donostia, donde había ingresado en estado de coma. Torrente jugaba en el club de fútbol de Hondarribia y participaba por primera vez en la carrera.

Un día después de la carrera, 19 corredores permanecen ingresados en el hospital de San Sebastián y cuatro están en la UCI. La prueba sigue engordando su leyenda negra.