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JUICIO POR LA 'OPERACION ESTROBO'

La acusación apunta que en 2010 se dañó la salud en Urdaibai

Los peritos dieron fe de los efectos que pueden tener en el organismo la administración de ciertos productos considerados dopantes, aunque no hubo unanimidad al respecto.

Bilbao
Representantes de la fiscalía y la acusación particular y el abogado de Urdaibai
LUIS TEJIDOEFE

La Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte certificó ayer que las sustancias que, según las acusaciones, administraron a los remeros de Urdaibai en 2010, pueden causar daños a los deportistas si estos no las necesitaban por prescripción terapéutica y además, algunas de ellas estaban prohibidas. Una experta en química de ese organismo explicó su informe pericial en el juicio que se sigue en Bilbao contra diez acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera del citado club de remo vizcaíno, por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, al entender que adquirieron y suministraron a la tripulación sustancias dopantes para mejorar su rendimiento deportivo.

El cuarto día de juicio aportó el testimonio de los peritos. Se renunció al testimonio de dos remeros más. Médicos, científicos y químicos dieron su versión de los efectos negativos que pueden tener en el organismo el consumo de ciertas sustancias consideradas dopantes sin indicación terapéutica, aunque también se renunció a más testimonios por videoconferencia. Eso sí, un especialista en medicina del deporte y en modelos de alto rendimiento deportivo, que prestó servicios a Koxtape y Arkote, sostuvo que la vía adecuada o la dosis adecuada, no muy alta, no pueden tener efectos nocivos en la salud "pero es trampa". Asimismo, advirtió de la peligrosidad de que ese tipo de sustancias se suministren sin control médico adecuado y de la necesidad de utilizar sistemas adecuados para su distribución y almacenamiento ya que, en algunos casos, requieren de cadena de frío para su conservación.

Su testimonio entró en contradicción con lo manifestado por el químico y la experta del citado laboratorio, autorizado por la Agencia Mundial Antidopaje. Ésta, conforme a la normativa vigente cuando se produjeron los hechos, detalló las características y efectos que producen diferentes sustancias que las acusaciones sostienen que se administraron a los remeros para lograr más triunfos. En concreto, explicó las propiedades de la Eritropoyetina (EPO) y la Darbepoetina alfa (Aranesp), que son proteínas prohibidas en el ámbito deportivo ya que espesan la sangre y pueden provocar trombos en el sistema circulatorio, e incluso el colapso del organismo, y que una de las acusadas ha reconocido que vendió a Urdaibai. La experta se refirió igualmente al uso de otros medicamentos no permitidos en las competiciones deportivas como la nandrolona, la hormona luteizante y la hidrocortina, utilizadas como anabolizantes, y que uno de los acusados (el médico de la Universidad de Extremadura, Marcos Maynar), adquirió y envió al presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo.

El juicio derivó durante unos instantes, pocos, hacia la jeringuilla con insulina que supuestamente entregaron a Banica en Bermeo para que se la administrase y este se guardó y acabó entregando a Korta. No quedó suficientemente acreditado que fuera aislada e identificada para su entrega al laboratorio que determinó que contenía insulina. E. S. M., hijo de la paciente con alzehimer a la que presuntamente se asignaron sustancias que en realidad iban a parar a Urdaibai, declaró que a su progenitora no le administraron albúmina y cuestionado sobre si chantajeó a la clínica respondió que "solo creía que podía tener una compensación". 

También declaró el responsable del Comité Antidopaje y de Control de la Salud de la ACT, Juanjo Badiola, experto en medicina deportiva y que desarrolla su labor en el centro de medicina deportiva del Ayuntamiento de Laredo. Detalló que en 2010 se hicieron controles hematológicos a  dos traineras de la Liga y dejó entrever que en un remero de Urdaibai se encontraron alteraciones, aunque sobre eso no se detalla nada en el informe previo y no se permitieron más cuestiones al respecto. Cuando iba a exponer qué resultados causaron su "sospecha" de que ese club podía haber recurrido al dopaje y que justificaron que se encargara una segunda prueba analítica, letrados de la defensa manifestaron enérgicamente su protesta, que fue admitida y la fiscal expresó su enfado asegurando que "se está cercenando su derecho" a preguntar. A partir de ahí se suscitó cierta tensión entre las acusaciones y las defensas, que obligó a intervenir en varias ocasiones a la jueza para pedir tranquilidad y que terminó con un rifirrafe y el enfado de la fiscal, después de que se admitieran las protestas de los abogados de los acusados a las preguntas del Ministerio Público.