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DOPAJE | JUICIO CONTRA URDAIBAI

Banica: “Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa...”

Andrei Banica, exremero de Urdaibai, confiesa en el juicio por dopaje. La Fiscalía pide dos años y medio de cárcel por delito contra la salud pública.

Bilbao
BANDERA BAJO SOSPECHA. Los remeros bermeotarras celebran en 2010 el triunfo en La Concha que desencadenó la ‘Operación Estrobo’.
Amaia Zábalo.

Ayer declararon los diez encausados por la Operación Estrobo. Empezando por el presidente, Josu Zabalondo; el entrenador, José Manuel Francisco; el médico, Borja Garay; y la ATS, Arantza Ormaza, que estaban en el club vizcaíno cuando ocurrieron los hechos de 2010 que ahora se juzgan. Junto a ellos están imputadas otras seis personas: el doctor Marcos Maynar, señalado como el presunto cabecilla; Teresa Mesa y su marido, el policía y exciclista Antonio Arenas, que supuestamente enviaron productos ilegales a Bermeo; la farmacéutica cacereña Mercedes Romano; Sonia Boubeta, mujer de Francisco; y Ángela Angoitia, farmacéutica de Portugalete y cuñada de Garay. Ayer compareció, tras un biombo como testigo protegido, un exremero de la embarcación, aunque él mismo se descubrió en la declaración: se trata del rumano Andrei Banica.

En el primer día de juicio, que se demoró durante cinco horas, testificaron los diez encausados en un proceso recogido en 18.063 folios, y nueve de ellos negaron los hechos que se les imputan. Todo se origina después de que el Ministerio Fiscal iniciara una investigación de oficio al hilo de unas acusaciones del preparador de Kaiku, José Luis Korta, hace cinco años en la Bandera de La Concha.

“Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...”, y les preparaban “más de ocho jeringuillas, muchas más”, afirmó el exremero, quien desveló que el técnico les explicaba que había que “comer para poder crecer”: “Los otros clubes están mejor porque comen mejor”. Banica ya conmocionó en junio con un relato durante el curso de verano de la Agencia Española Antidopaje, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander. “Me agarraron del cuello y me dijeron que no abrieran la boca”, describió para AS.

Piezas de bicicleta. Francisco confirmó que le remitieron paquetes, pero no eran con EPO, “sino con piezas de bicicleta”. Garay reconoció que inyectó algunas sustancias como efedrina, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai, y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta. Pidió ciertos productos “para un paciente de una residencia de ancianos”.

Los diez acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública. La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos e incluso llegar a provocar la muerte. Hoy es el turno para la declaración de otros exremeros de Urdaibai.