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Houston Texans 20 – Tennessee Titans 6

Dos latigazos letales condenan a los Titans ante los Texans

JJ Watt volvió a parecerse a sí mismo, y maltrató al quarterback rival, mientras Hoyer aparecía lo justo para lanzar dos bombas que decidieron el partido.

DeAndre Hopkins, en una imagen de archivo, celebra un touchdown de los Houston Texans.
Thomas B. SheaAFP

La mejor manera de romper un duelo divisional es dar dos latigazos en momentos clave. Y eso es exactamente lo que hicieron los Texans para imponerse a unos vulgares Titans con dos pases magníficos de Hoyer, uno a DeAndre Hopkins, y otro a Nate Washington, que dejaron finiquitado el encuentro cuando quedaba poco para el final del tercer cuarto.

La primera mitad fue un quiero y no puedo por parte de ambos equipos. Los Titans empezaban bien anotando un field goal en su primera posesión, pero a partir de ese momento, y hasta el descanso, sus series se convirtieron en un rosario de monótonos tres y fuera. Y era lo mejor que les podía pasar, porque la segunda anotación de unos Texans tras el touchdown de Hopkins, llegó tras un balón perdido por Drummond en el kickoff de los locales. Los de Houston recuperaron el balón en la yarda 24 rival y poco después consiguieron el field goal que dejó el marcador 10-3 con el que se llegó al descanso.

Un dato confirma la incompetencia del ataque de los Titans, en el que Mettenberger sigue perdiendo oportunidades para reivindicarse: 74 yardas totales en toda la primera mitad, 33 de ellas de pase. Por mucho que se trabaje para intentar tener buenas posiciones de campo, no sirve para nada sin un mínimo de explosividad. Porque aunque el ataque de los Texans no lo estaba haciendo mucho mejor, Hoyer sí supo tirar de oficio para dar los pases correctos en los momentos precisos. Y la angustiosa falta de un backfield mínimamente decente en el equipo tejano quedó compensada por la falta de acierto de sus rivales.

La segunda mitad fue más de lo mismo. Los Titans intentaban agarrarse al terreno para mantenerse vivos en el partido y los Texans se limitaban a sacar petróleo de sus oportunidades. Los visitantes reducían distancias con un field goal, pero en la siguiente serie Hoyer conectaba con Washington para un espectacular touchdown de 42 yardas que dejaba el encuentro visto para sentencia 17-6. Quizá no parezca una diferencia abismal, pero la incompetencia del ataque de Tennessee no auguraba nada bueno. Y menos cuando Mettenberger era interceptado en la primera jugada del cuarto final y entre Mercilus y JJ Watt hacían un destrozo a la OL rival. El quarterback de los Titans terminaba el partido con siete sacks encajados y uno de ellos provocó en fumble que trajo como consecuencia el field goal que cerró el marcador del partido (20-6).

Desde ahí, y hasta el final, más tres y fuera, falta de ideas de Tennessee, algún que otro sack y mucho quiero y no puedo. Los Titans echan de menos la frescura de Mariota y una línea ofensiva de garantías, y los Texans dependen demasiado de un DeAndre Hopkins que es el único elemento desequilibrante en un ataque que esta semana fue muy práctico, pero que, pese a la pegada demostrada en jugadas puntuales, no es capaz de mover el balón con soltura en series largas y sostenidas.

Lo más divertido es que, después de todo lo sucedido en estos dos meses pasados, los Texans se acostarán hoy con las mismas victorias que los Indianapolis Colts y con todas las opciones de llegar a postemporada intactas.