El bronce de Zapata en suelo sigue la estela de Deferr
Los jueces valoraron el ejercicio de Ray con 15.200 puntos que le permitieron acompañar en el podio al japonés Kenzo y al inglés Whitlock.
Segunda final de un Mundial, y premio al fin: bronce en suelo, que quizá Rayderley Zapata se lo haya ofrecido a su mentor personal, al gran Deferr. Los dos tienen mucho en común y más allá de la gimnasia: ambos llegaron del otro lado de Atlántico, hijos de emigrantes, Gervi, de Argentina; Ray, de la República Dominicana. Y los dos se criaron y se formaron deportivamente en España. Y lo más curioso, Deferr se vio recreado en el chico que residía en Lazarote cuando le vio en un campeonato de España. Le convenció, le llevó con él a Barcelona, y esculpió algo más de su talento hasta que llegó a la Selección.
Desde que Deferr fue plata en el Mundial de Stuttgart, 2007, los españoles no subían al podio en unos mundiales de deportiva masculina. Y Zapata ha tenido el honor de romper esa mala racha. Fue octavo el año pasado, y esta vez partía con la tercera mejor nota, igualado con un coreano. Y repitió, aunque en puntos su competición fue peor que la clasificación: 15,20 frente al 15,66 del primer día. No podía, además, repetirse con lo que pasó este mismo año en el Europeo.
Ganó el japonés Kenzo Shirai (16.233), como se esperaba, y es su tercera medalla, dos de oros y una de plata, en este aparato en los últimos tres mundiales; fue el único de los ocho que pasó de los 16 puntos, algo más de una décima que en la clasificación, y la plata para el británico Max Whitlock (15.566), que no acusó el cansancio de pelear por la general el viernes, y además remontó desde la quinta posición.
El que falló fue el chino Shudi Deng, que era el segundo en la previa, y acabó cuarto , por delante del surcoreano Kim Hansol, del cubano Manrique Larduet, flamante subcampeón del mundo en la general (sólo superado por Uchimura) y del chileno Tomás González, que en la semana previa al Mundia, se entrenó con Ray en Madrid, y que perdió fuelle en la final además de acabar penalizado por la salida del tapiz.