La eclosión de Todd Gurley como el mejor corredor de la liga

Todd Gurley es el mejor corredor de la NFL. Suena precipitado, lo se. Suena a sobrerreacción de lunes, no hace falta que me lo expliquéis. Suena a boutade, es obvio. Pero no puedo quitármelo de la cabeza desde ayer por la tarde cuando acabé de ver el Saint Louis Rams-Cleveland Browns.

He de deciros que yo disfruté como un marrano en una cochiquera con el Gurley que vimos en la universidad de Georgia. Desde el principio me pareció un jugador especial, espectacular, único. Su temporada junior, la pasada, estaba yendo para batir todos los records cuando fue detenida en seco primero por una suspensión de dos partidos, ya que se saltó alguna estúpida norma del siglo XIX de la NCAA, y luego porque, al volver de la sanción, en noviembre, se destrozó la rodilla jugando contra Auburn. A pesar de su talento se dudó que en el draft fuera a ser elegido donde merecía.

Y donde merecía era en el top ten. El draft de la NFL llevaba desde el 2012 sin ver a un sólo corredor ser nombrado el primer día, en la primera ronda. Tuvo que llegar un especimen de este calibre para que los Rams de John Fox y Les Snead apostaran con su número diez por él. Sabiendo que tardaría en recuperarse de la lesión, sabiendo que el puesto estaba devaluado, sabiendo que no tendrían rendimientos inmediatos, apostaron por el muchacho. Antes de lo esperado, mucho antes, en la jornada siete de la primera temporada de Gurley en la NFL, es probable que ya se sientan muy cómodos con su arriesgada apuesta.

Para argumentar la afirmación de que estamos ante el mejor corredor de la liga hay que empezar por los números. Las estadísticas no lo cuentan todo, por supuesto, pero tener 110.5 yardas por partido ayuda, ya que es el que lidera este dato. Devonta Freeman o Adrian Peterson, por ejemplo, no llegan a 90. Chris Ivory se queda en 100.2 y Le'Veon Bell en 102.2. ¿En yardas por intento, decís? Pues 6.0, segundo en la liga tras Ryan Matthews con 6.1.

Pero mi pasión proviene más de cómo se consiguen esos números. De verle moverse por el campo y aprovechar cada resquicio. De notar como flota por el césped, con banda sonora de 'Explosions in the Sky' mientras a su alrededor todos se hunden a cámara lenta. De esa mezcla de velocidad, potencia, decisión y visión de campo que hacen babear a un hombre adulto y, creedme, con pelos por todos lados. Porque para decir una insensatez tal como que un rookie que lleva cuatro partidos como profesional es el mejor en su posición hace falta meterle un so poquito de épica y su gotita de romanticismo. Más o menos a este nivel de romanticismo:

Son los Rams un equipo que lleva un tiempo, desde el traspaso del número dos del draft de 2012 que acabó con Robert Griffin III en Washington, construyendo una defensa sólida con la que poder aspirar a mantenerse en los partidos. Pero ha adolecido de un arma ofensiva que diera la puntilla a ese trabajo decantando los partidos para su lado. Gurley fue elegido para cumplir esa misión, y a fe que lo está consiguiendo.

Pero, quizás tan importante como eso, es la ilusión que es capaz de generar en los seguidores del equipo. En Saint Louis no se sabe cuanto tiempo tendrán equipo de NFL, pero el tiempo que sea podrán disfrutar de, sí, el mejor corredor de la competición. Yo pagaría la entrada aunque sólo fuera por verle a él.