Rayderley Zapata: “No puedo compararme con Deferr”
Las Selecciones masculina y femenina ya están en Glasgow, donde el viernes arranca el Mundial de gimnasia. Zapata, español de origen dominicano, es una de nuestras bazas.
—Dicen de usted que es el sucesor de Gervi Deferr.
—Eso es mucho decir, aunque la verdad es que mis ejercicios favoritos son precisamente los suyos, el suelo y el salto. Y, además, fue quien me rescató en Lanzarote: me vio en un campeonato de España, cuando acababa su carrera, y me invitó a que me entrenase con él en Barcelona. Y con él he trabajado hasta que me trajeron a la Selección en Madrid.
—Él se retiró con tres medallas olímpicas, dos oros y una plata.
—Ah, no, no se nos puede comparar. Es un orgullo que se diga eso de mí, pero Deferr ha sido único, un talento natural, un gimnasta especial. Yo tengo que ser más constante y rutinario para hacer mis ejercicios.
—¿Ha visto sus ejercicios?
—Muchas veces, y los estudio con él. Incluso, aunque vive en Barcelona, hablamos y le escucho sus consejos.
—¿Y qué le ha dicho respecto a estos Mundiales de Glagow?
—Me ha insistido en la importancia de conseguir la clasificación, en la importancia que tiene el trabajo de equipo, en la obligación de sacrificarse por el bien colectivo por encima de brillar uno por sí mismo.
—Tradúzcalo.
—Pues que es necesario el esfuerzo colectivo. Por ejemplo, aunque mis ejercicios más fuertes son el suelo y el salto, también saldré en otros dos con la intención de que mis notas sirvan para la general.
—¿Es posible que roce la medalla en el salto como le ocurrió en el Campeonato de Europa?
—Va a ser complicado, porque tengo muy bien el primer salto, y no tan bien el segundo, por culpa de una lesión. Pero si entro en la final, que significará que he ayudado mucho a España, luego puede pasar de todo. En el salto tienes más opciones de hacerlo bien que en el suelo, en el que con tantas combinaciones en las tres diagonales hay más opciones de fallar.
—Deferr se tatuaba en su cuerpo sus éxitos olímpicos. Usted también sigue esa moda
—Mis tatuajes son maorís, que tienen un significado de lucha, de compromiso, de no darse por vencido. Me interesa mucho esa cultura, su simbología, y de alguna manera yo mismo me considero un poco un guerrero en mi compromiso de vida.
—¿Cómo llegó a la gimnasia?
—Cuando nos trajo mi madre de Santo Domingo, quería que hiciese este deporte que practicaban mis hermanas. De eso hace ya doce años.