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SINCRONIZADA

Mengual y Carbonell: "Ya nos salen cosas bastante chulas"

El nuevo dúo de la Selección española ya se entrena para la cita olímpica de Río. "Estamos muy ilusionadas", aseguran las dos nadadoras.

Gemma Mengual y Ona Carbonell.
CHEMA DIAZ

—¿Cómo va la preparación de la temporada olímpica?

—Ona: Estamos en pretemporada. Haciendo mucho físico en el gimnasio y poniendo el cuerpo en forma, porque tenemos el Preolímpico en marzo, que es una competición muy importante. Y también estamos con las nuevas coreografías y cuidando la parte artística, que es fundamental.

—Gemma: Muy bien. Yo estoy contenta, trabajando mucho y adaptándome otra vez al ritmo de entrenar. Intento coordinarme con los niños... A Ona la conozco desde hace muchos años y el día a día con ella en el agua es muy lo que yo percibía desde fuera. Cuando estás dentro entiendes algunas cosas más. Ella es de una manera y yo de otra, pero no diferimos tanto en la forma de entender los entrenamientos y el esfuerzo. En eso, las dos lo vemos de manera similar.

—Y Gemma, ¿en qué ha cambiado usted?

—Gemma: La sincro evoluciona y he estado bastantes años sin competir en serio. Pero me encuentro bien físicamente. Hay algunas cosas de técnica que he modificado, porque la que yo hacía en 2009 ha ido cambiando y estoy en el proceso de adaptarme a las nuevas técnicas que salen. También antes me iba a casa, me tiraba en el sofá y no tenía que hacer nada más. Y ahora tengo que hacer muchas más cosas. No descansas lo mismo. Intento equilibrarme, cuidar los momentos de descanso, cuando hay un pequeño indicio de lesión estoy muy atenta. También antes era más joven... En general. Tengo que cuidarme más.

—Y aquí está, en la aventura olímpica de nuevo...

—Gemma: Ona necesitaba encontrar una pareja, conmigo ya había nadado. Yo al haber competido en Kazán también me picaba el gusanillo. El dúo mixto lo hice por lo que significaba y volví a tener esa sensación de verme en el agua. No se me veía mal. Y me decían: ¡vuelve, vuelve! Me pillaron con la guardia baja y me liaron. Ya no puedo decir que no y aquí estoy.

—Para Ona, ¿supone más presión tener los Juegos a la vista?

—Ona: La presión es la que se pone una misma. La plata y el bronce en Kazán fueron algo muy bueno para mí y ahora que vuelva Gemma es algo muy especial, porque con ella he compartido muchas cosas como nadadora, entrenadora, amiga... Estamos muy ilusionadas y hay que tirar hacia adelante a ver qué sucede...

—¿Qué es lo que más les está costando como dúo?

—Ona: Hemos nadado muchos años juntas, pero en equipo, no como dúo. Nos hace falta conocernos un poco más en la piscina para que la compenetración sea absoluta y podamos sincronizar a la perfección e intentar ir a por la medalla en los Juegos.

—¿Qué puntos tienen en común?

—Ona: Muchos. Ambas tenemos mucha flexibilidad, una gran visión artística y de la expresión. Compartimos la originalidad de las coreografías. Hay que potenciar estos apartados y los puntos débiles fortalecerlos. Soy optimista con los primeros entrenamientos porque están saliendo cosas muy chulas. No las podemos decir, porque en la sincro hay que jugar con el factor sorpresa.

—Gemma: Tenemos la facilidad por este deporte. Las dos somos ágiles y nos movemos de una forma muy similar en el agua.¡Y nos diferenciamos en la edad, evidentemente! Yo soy un poco más fuerte y ella un poco más laxa y flexible. Y ambas tenemos que mejorar esos puntos para parecernos más todavía. Hay que seguir entrenando así. Están saliendo movimientos chulos y diferentes. Eso sí, luego hay que meterlos en una coreografía.

—Entonces Gemma, ¿cómo ve a Ona?

—Gemma: La noto ilusionada, contenta y cómoda. Con ganas de gustar y mejorar. Este año estamos picándonos la una con la otra y es muy divertido. Nos decimos: ¡Otra vez, otra vez! Es divertido y yo también estoy ilusionada porque me veo cogiendo el ritmo, la forma... Si es verdad que la semana pasada estaba fatigadísima. Pero cuando ves que la fuerza vuelve, pues estás contenta.