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Repetición Instantánea

Peyton Manning debería dejar de exigirse de más

Su desempeño a la baja y la marcha invicta de Denver ponen al quarterback en un predicamento sobre la decisión de continuar su carrera en la NFL

Peyton Manning, QB de Denver, quiere abarcar más de lo que puede en el ataque de los Broncos.
Thearon W. HendersonAFP

Peyton Manning no lo va a aceptar. Su espíritu competitivo y perfeccionista se lo impiden, pero la posibilidad de decir adiós a la NFL al final de la presente campaña ya debe ser una idea que ronda con mayor frecuencia en sus pensamientos.

Es cierto. Falta mucho camino por recorrer en la actual temporada, pero el rumbo que tomen los Broncos de Denver y la forma en que Manning influya en ese sentido podrían ser decisivos en la determinación que tome el pasador.

Luego de cinco semanas, Manning quizá esté en medio de la mayor encrucijada de su carrera. Los Broncos están invictos en una división en la que, al parecer, encontrará poca resistencia, pero, a diferencia de años pasados, Manning ha tenido poco que ver con la marcha perfecta de Denver.

Por primera ocasión en sus 17 temporadas enla NFL, Manning no carga con el peso de todo un equipo sobre sus hombros. Para un quarterback promedio, esto significaría relajación automática, un desempeño más suelto a sabiendas de que alguien más resolverá las cosas, tal y como ha sucedido con la defensiva de Denver en esta campaña. Pero Manning no es un quarterback promedio. Como miembro de uno de los clanes de mayor prestigio enla NFLy del deporte profesional de EU, Manning no se permite ese tipo de prerrogativas.

El empeño que pone en cada acción, en las lecturas de las defensivas rivales, en cada pase que lanza y en cada lamento que expresa por una captura o intercepción sufridas son muestra de que Manning desea nivelar un desempeño notablemente a la baja. Manning quizá exige demasiado de sí mismo cada vez que pone en marcha una jugada y esa demanda por acercarse al nivel que tenía hace unos años lo ubica en una posición desfavorable, pues la realidad es que ya no es el mismo de antes.

Los números son fríos y así lo demuestran. El promedio de puntos anotados por juego de Denver ha decaído progresivamente: en 2013 fue de 37.9 (el mejor dela NFL), un año después fue de 30.1 (segundo enla Liga) y en 2015 es de 22.6 (17). Hasta antes de 2015, Manning lanzaba dos pases de touchdown (2.26) por cada intercepción sufrida. En la actual campaña son más las intercepciones que suma (7) que pases de anotación (6).

No. Manning ya no es el mismo, pero tampoco está en un nivel que ponga en riesgo a todo un equipo. Quizá exigirse más de lo que ya puede dar sí ponga en riesgo a Denver.

GUARDEN LA CALMA, POR FAVOR

Andy Dalton, QB de Cincinnati Bengals, está realizando una gran temporada con los Bengals.
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Andy Dalton, QB de Cincinnati Bengals, está realizando una gran temporada con los Bengals.ANDY LYONSAFP

Sin demeritar lo que hizo ante Seattle, pero, ¿Andy Dalton no era sólo un quarterback promedio y decepcionante por no ser capaz de ganar un partido de Playoffs en cuatro años consecutivos? Lanzar un pase de touchdown, correr para otro y guiar a su ataque para preparar el gol de campo con el que Cincinnati se recuperó de un décifit de 24-7 en el marcador para vencer al dos veces campeón de la NFC no es poca cosa.

El regreso de los Bengalíes es el segundo más grande en la historia del equipo, pero, ¿es suficiente para considerar a Dalton como candidato a Jugador Más Valioso dela NFL? Para varios así es. Quizá quienes afirmen que Dalton es merecedor de todos los elogios posibles por un muy buen partido sean de esas personas que arman todo un alboroto en un Starbucks porque el café que les sirvieron está demasiado caliente. Así se reacciona en la actualidad ante una buena actuación: sin coherencia y prematuramente.

Dalton ha jugado muy bien en los primeros cinco juegos de la actual temporada, pero, fuera de lo que hizo ante Seattle, cuya defensiva no es la misma de las últimas dos temporadas, no ha hecho nada fuera de lo normal y de lo que es el deber de un quarterback.

CALDWELL Y SU FALTA DE LIDERAZGO

Cómo ha de extrañar Jim Caldwell los días en que Peyton Manning hacía de su trabajo casi un pasatiempo. El coach de los Leones de Detroit cometió uno de los errores básicos para un entrenador en jefe al crear de una forma innecesaria una controversia de quarterbacks en un equipo de por sí en crisis.

Y por innecesaria, me refiero a que el cambio de Dan Orlovsky por Matt Stafford no debió ejecutarse en pleno partido. Lo único que logró Caldwell fue hacer sentir a Stafford exhibido por las tres intercepciones sufridas en la derrota ante Arizona. El partido ya estaba totalmente perdido y Orlovsky no lo iba a ganar en 100 años. El cambio debió hacerse entre semana, luego de platicar con Stafford y explicarle que un cambio era lo necesario para el equipo. Eso es lo que un buen líder hubiera hecho.

Cabe recordar que Caldwell debutó como entrenador en jefe en Indianápolis en 2009 y heredó un equipo que tenía a Peyton Manning y cuyo impulso y talento le ayudó a llegar en su primera temporada al Súper Tazón. Y lo perdió. En los tres años que estuvo al frente, los Potros fueron a la baja. Eso habla mucho de la capacidad de Caldwell y su liderazgo, o falta de, quedó en evidencia una vez más al exhibir a Stafford

MCCOWN, POR BUEN CAMINO

La única forma en que Josh McCown podía callar a quienes piden a Johnny Manziel como quarterback en Cleveland era con un triunfo importante. En San Diego estuvo cerca de hacerlo y finalmente lo logró en Baltimore, que da la casualidad que es uno de los equipos que más odian los aficionados de los Cafés.

McCown sufrirá tropiezos en el camino y eso lo aprovecharán sus detractores para pedir a gritos a Manziel como titular, pero lo que ha demostrado McCown es que, con él, Cleveland tiene mejores posibilidades de ganar.

Y PARA TERMINAR...

Charles Woodson, quien interceptó dos veces a Peyton Manning en la derrota de Oakland ante Denver, se unió a Darrell Green y Clay Matthews Jr. como los únicos jugadores en la historia dela NFL que interceptan un pase a los 39 años de edad o más.